La Asociación Abuelas de Plaza de Mayo solicitó nuevas detenciones para miembros de las fuerzas de seguridad que actuaron en el centro clandestino de detención (CCD) “La Cacha”, que funcionó en la vieja planta transmisora de Radio Provincia en un predio ubicado entre las Unidades Penitenciarias 1 y 8 (de hombres y mujeres respectivamente) en la localidad de Lisandro Olmos.
Se estima que este CCD formo parte de la estructura represiva hasta principios del año 1979, cuando la mayoría de los represores que allí actuaban fueron derivados a otras dependencias.
El pedido elevado al Juzgado Federal nº 1, a cargo del Dr. Manuel Humberto Blanco, apunta no sólo a quienes coordinaron la represión en el centro clandestino sino también a quienes dieron las ordenes. Las patotas eran integradas por tanto personal del Ejército como del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Generalmente, el período de detención dentro de este CCD era largo; muchos de los detenidos allí llegaron a permanecer en este lugar más de 5 meses y algunos de ellos luego fueron trasladados hacia otros campos de concentración. Algunas legalizaciones se operaban frecuentemente a través de las comisarías de La Plata, pero otras veces los detenidos eran llevados a seccionales policiales de Avellaneda, Lanús o del conurbano Oeste. También se realizaban trasladados a otros CCD relacionados con la Marina: Buzos Tácticos en Mar del Plata, Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en Capital Federal, y el Batallón de Infantería Mecanizada (BIM) Nº 3, en Ensenada.
De acuerdo a las investigaciones realizadas por Abuelas de Plaza de Mayo, nueve embarazadas estuvieron detenidas en condiciones de clandestinidad en el CCD “La Cacha”, y luego, en su mayoría, fueron llevadas a la Unidad 8 de Lisandro Olmos para que nacieran sus criaturas. Una vez despojadas de sus hijos eran devueltas a la Cacha, sin ningún tipo de asistencia médica. A lo largo de estos años, la lucha de Abuelas ha permitido que algunos de estos niños nacidos en cautiverio en este CCD recuperaran parte de su historia."
Se estima que este CCD formo parte de la estructura represiva hasta principios del año 1979, cuando la mayoría de los represores que allí actuaban fueron derivados a otras dependencias.
El pedido elevado al Juzgado Federal nº 1, a cargo del Dr. Manuel Humberto Blanco, apunta no sólo a quienes coordinaron la represión en el centro clandestino sino también a quienes dieron las ordenes. Las patotas eran integradas por tanto personal del Ejército como del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Generalmente, el período de detención dentro de este CCD era largo; muchos de los detenidos allí llegaron a permanecer en este lugar más de 5 meses y algunos de ellos luego fueron trasladados hacia otros campos de concentración. Algunas legalizaciones se operaban frecuentemente a través de las comisarías de La Plata, pero otras veces los detenidos eran llevados a seccionales policiales de Avellaneda, Lanús o del conurbano Oeste. También se realizaban trasladados a otros CCD relacionados con la Marina: Buzos Tácticos en Mar del Plata, Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en Capital Federal, y el Batallón de Infantería Mecanizada (BIM) Nº 3, en Ensenada.
De acuerdo a las investigaciones realizadas por Abuelas de Plaza de Mayo, nueve embarazadas estuvieron detenidas en condiciones de clandestinidad en el CCD “La Cacha”, y luego, en su mayoría, fueron llevadas a la Unidad 8 de Lisandro Olmos para que nacieran sus criaturas. Una vez despojadas de sus hijos eran devueltas a la Cacha, sin ningún tipo de asistencia médica. A lo largo de estos años, la lucha de Abuelas ha permitido que algunos de estos niños nacidos en cautiverio en este CCD recuperaran parte de su historia."
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