En estos caminos electrónicos viaja la rebeldía
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fragmento: declaración de principios de ALIA*

jueves, septiembre 03, 2009

: La cumbre de UNASUR


Diario La República EDITORIAL
La reunión de la Unasur en Bariloche, Argentina, mostró todas las complejidades de un continente en cambio y también las distintas visiones que los países, las fuerzas políticas y los presidentes tienen.

Sin duda es una muestra de los cambios en nuestro continente la realización de esta reunión en la cual América del Sur toda, sin la presencia de EEUU, analiza sus problemas e incluso discute con franqueza y sin ocultar nada la acción del propio EEUU en la región.

Hay varias maneras de pararse ante la cumbre de Unasur. Una de ellas es concentrarse en los matices, sin duda existentes, entre las distintas posiciones expresadas. Otra, hacer el centro en las dificultades para adoptar una resolución, en un mecanismo de consenso que es, claramente, altamente complejo.

Pero también hay otra manera de analizar y de percibir la cumbre y es desde una perspectiva de largo plazo, tanto hacia atrás, como hacia el futuro.

Lo nuevo no es que EEUU, que tiene bases en América Latina desde siempre y una estrategia de influencia permanente, siga, más allá del cambio de discurso de la administración Obama, buscando mantener su presencia militar.

Lo nuevo es que a EEUU cada vez se le hace más difícil imponer sus estrategias en el plano político, económico y ahora también militar.

Es la primera vez en la historia que EEUU debe dar explicaciones por un acuerdo militar que antes hubiera sido rutinario y sin discusión. Por supuesto que sería preferible que no las instalara y que no hubiera gobiernos como los de Alvaro Uribe y Alan García que se sigan prestando como plataforma de la presencia de EEUU. Pero la realidad es como es, no como nos gustaría que fuera.

Lo nuevo es que los presidentes de América del Sur en su mayoría le exigieron al presidente Barack Obama que explique qué quiere hacer con esa presencia en Colombia.

Lo nuevo son los puntos 3, 4 , 5 y 6 de la declaración de la cumbre de Bariloche. En el 3 se dice sin ambages que 'la presencia de fuerzas militares extranjeras no puede, con sus medios y recursos vinculados a objetivos propios, amenazar la soberanía e integridad de cualquier nación sudamericana y en consecuencia la paz y seguridad de la región'. Es un señalamiento muy claro a Barack Obama y sobre todo al Pentágono y al Comando Sur.

En el 4 se instruye a los cancilleres y ministros de Defensa a reunirse en setiembre y acordar mecanismos de supervisión, 'incluyendo mecanismos concretos de implementación y garantías para todos los países aplicables a los acuerdos existentes con países de la región y extrarregionales'. Es un reaseguro nada menor para el futuro.

Pero en los puntos 5 y 6 es donde se encierran las novedades más importantes.

En el punto 5 se establece que el Consejo Sudamericano de Defensa analice el texto 'Estrategia Sudamericana. Libro Blanco. Comando de Movilidad Aérea (AMC)'. Se está diciendo nada más y nada menos, que todos los gobiernos de América del Sur y sus Fuerzas Armadas, van a analizar, a propuesta del gobierno de Hugo Chávez, bueno es reconocerlo, una pieza central de la estrategia militar de EEUU para la región y van a diseñar mecanismos de control sobre la misma y una respuesta común.

No es poca cosa, en una región cuyos militares se formaron en la obediencia a las órdenes de EEUU y como instrumentos de sus estrategias continentales y globales. Es también una señal política y soberana muy fuerte hacia el gobierno de Obama.

En el último punto, el 6, se instruye al 'Consejo Sudamericano de Lucha contra el Narcotráfico que elabore en forma urgente su Estatuto y un Plan de Acción con el objeto de definir una estrategia sudamericana de lucha contra el tráfico ilícito de drogas y de fortalecimiento de la cooperación entre los organismos especializados de nuestros países'.

Otro punto central de la estrategia de intervención de EEUU, la tan manida lucha contra el narcotráfico que consiste básicamente en campo libre para la nada eficiente DEA. Ahora la región se propone tener un Plan de Acción propio, con sus fuerzas.

Se puede mirar la cumbre de Unasur desde el perfil de si ganó Chávez o Uribe, si Lula estuvo de acuerdo o no con Correa y Evo, buscar los moderados y los radicales; es una opción.

La otra es mirarla desde la perspectiva histórica de la relación de la región con EEUU y en ese plano, la reafirmación de autonomía y soberanía es realmente trascendente."

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