En estos caminos electrónicos viaja la rebeldía
que sueña y sueña ...
Y cuando el sueño es de muchos y se sueña juntos... es REALIDAD.”
fragmento: declaración de principios de ALIA*
jueves, septiembre 21, 2017
Gramsci y los movimientos transformadores de latinoamérica
100 años
En el año 1917, contando nada más con 26 años, Antonio Gramsci escribía en el periódico del Partido Socialista Italiano “Avanti” un artículo histórico, al que título audazmente como “La revolución contra El Capital”.
Mario Della Rocca parte de aquella crítica que el joven Antonio Gramsci realizó sobre la necesidad positivista de las revoluciones en los países capitalistas que planteaba Carlos Marx, para reflexionar acerca de la actualidad de los procesos políticos continentales en las diversas naciones de la región suramericana.
Por Mario Della Rocca*
(para La Tecl@ Eñe)
Nacía la revolución rusa y el joven Gramsci se atrevía, desde el marxismo, a contradecir alguna de las incrustaciones positivistas de Carlos Marx, que había pronosticado la necesariedad de las revoluciones en las naciones desarrolladas por el capitalismo. Aquellas en que la clase obrera era la clase social predominante y protagonista casi exclusiva de la historia junto a los partidos comunistas como su vanguardia.
Escribía Gramsci en un párrafo de aquél artículo:
“(La revolución rusa) Es la revolución contra El Capital de Carlos Marx. El Capital de Marx era, en Rusia, el libro de los burgueses más que el de los proletarios. Era la demostración crítica de la necesidad ineluctable de que en Rusia se formase una burguesía, se iniciase una era capitalista, se instaurase una civilización de tipo occidental, antes de que el proletariado pudiera siquiera pensar en su insurrección, en sus reivindicaciones de clase, en su revolución. Los hechos han superado las ideologías. Los hechos han reventado los esquemas críticos según los cuales la historia de Rusia hubiera debido desarrollarse según los cánones del materialismo histórico. Los bolcheviques reniegan de Carlos Marx al afirmar, con el testimonio de la acción desarrollada, de las conquistas obtenidas, que los cánones del materialismo histórico no son tan férreos como se pudiera pensar y se ha pensado”.[1]
Luego, en el mismo artículo, el genial sardo justificaba a Marx con una frase elocuente: “Marx ha previsto lo previsible”. Una antesala del desarrollo posterior de su pensamiento filosófico político, donde el análisis de la historia y de la originalidad de cada proceso político adquirirían una dimensión esencial.
El debate que surge de lo planteado precedentemente continuó intensamente hasta hoy dentro de las corrientes de análisis marxistas y posteriormente se fueron diseminando dentro de las corrientes nacionales, populares y de liberación en la órbita de los países del Tercer Mundo. Mientras, las revoluciones se seguían sucediendo en países que no habían transitado por una etapa plena de desarrollo del capitalismo.
Animémonos a traer este debate al estudio de los procesos políticos de avanzada social en nuestra América Latina y en especial a su realidad actual, signada por un retroceso de algunos países a escenarios de crisis política o de retorno a políticas neoliberales como las que impregnaron al continente durante la década de los ’90. Sin perder de vista, por supuesto, el contexto global, principalmente la injerencia del imperialismo norteamericano sobre las políticas internas de nuestras naciones y su democracia.
Tomando como punto de partida la realidad del retorno de un gobierno neoliberal a la Argentina[2], de la destitución de la ex Presidenta Dilma Rousseff en Brasil por un golpe de Estado parlamentario y de la crisis de gobernabilidad que atraviesa la nación hermana de Venezuela, podemos reflexionar que se trata de aquellos países con un mayor desarrollo capitalista –puesto en cuestión por las políticas de gobiernos progresistas- y que cuentan con riquezas naturales y productivas apetecibles para los países imperiales, EE.UU. en primer término y luego la Unión Europea. Añadiendo que al mayor desarrollo capitalista en términos productivos, comerciales y financieros le corresponde un mayor desarrollo en las fuerzas de dominación de la subjetividad de los ciudadanos de esos países, léase fundamentalmente los medios de comunicación masivos actuando como corporaciones económicas que pretenden vetar el ejercicio de una democracia avanzada y de políticas de avance societario.
Estas tres naciones están atravesando un proceso histórico y de disputa hegemónica de modelos en estado de “guerra permanente” y con frentes abiertos por diversos ángulos, que las relaciones de fuerzas políticas, económicas y sociales en disputa determinarán hacia dónde se dirigen en el futuro: hacia transiciones traumáticas, que pueden durar corto, mediano o largo tiempo histórico, o hacia la consolidación de alguno de uno de los dos modelos, con sustentabilidad temporal.
Mirando hacia otras tierras en nuestra América Latina, en naciones como Bolivia y Ecuador, los procesos políticos de transformación social avanzan y se profundizan con un importante apoyo ciudadano, que se refleja contundentemente en las elecciones democráticas. Se trata de países que, pese a haber estado durante mucho tiempo dominados por las oligarquías internas y el imperialismo norteamericano, han quebrado profundamente con esa situación emergiendo fuerzas políticas y sociales muy activas y una dirigencia política y liderazgos reconocidos por su apoyo popular.
Son países más “subdesarrollados” en términos capitalistas[3], con distinta inserción en el mundo que los anteriores, con una distinta estructura socio-económica y con menor influencia del sentido común que irradia el proceso de globalización con su herramienta mediática. No se trata de afirmar que no sufren de estas “patologías”, sino que no las sufren en la medida en que afecten fuertemente los procesos de avance de la ciudadanización y las políticas de liberación nacional y social del capitalismo globalizado.[4]
Esta “originalidad” de cada nación –como le gustaría sostener a Gramsci- también irradia naturalmente sobre las fuerzas políticas que dirigen estos procesos políticos progresistas o revolucionarios. Para aportar un dato comparativo importante: mientras el Vicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera nos habla de la acción de los movimientos sociales en su país con una virtuosidad que establece una relación entre sociedad civil y sociedad política superadora –socialismo comunitario, lo denomina-, el ex Presidente de Brasil Lula reconoce que el Partido de los Trabajadores ha ido perdiendo poco a poco una de sus bases de desarrollo fundamentales -que incluso dieron origen al PT-, la relación virtuosa con los movimientos sociales y con el mundo del trabajo.
Entre esta actualidad de los procesos políticos continentales en diversas naciones y el planteo de Antonio Gramsci en su tiempo respecto a la revolución rusa y el pensamiento de Carlos Marx podemos hacer una analogía para la reflexión. Sin traspolaciones mecánicas deterministas, porque por ejemplo debemos considerar que, a diferencia de la segunda década del siglo XIX, nuestro tiempo se caracteriza, entre otras cosas, por la complejidad de nuestras sociedades y la evolución de las formas de dominación capitalista, y por lo tanto de la necesidad de encontrar maneras creativas de enfrentarlas.
martes, septiembre 12, 2017
La Clase Media y Los Medios (Decíamos Ayer)
En
Argentina se lucha por la libertad de expresión.
Por
Blanca L. Chaler
Argentina 2013: Hace
cuatro años se sancionó la Ley 26522, de Servicios de Comunicación
Audiovisual, cuyo objetivo es imbuir de potestad al estado para
regular el sector de las comunicaciones audiovisuales, de modo de
garantizar en todo el territorio nacional la libertad de expresión.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación debe dictaminar sobre la
constitucionalidad de algunos de sus artículos para que pueda
aplicarse en su totalidad.
Éstos han sido
cuestionados por el grupo multimediático Clarín, hegemónico, el
que mediante el recurso de medidas cautelares ha impedido la
aplicación total de la Ley en vigencia, llegando a plantear ante la
Suprema Corte la inconstitucionalidad de algunos artículos.
Este poder mediático
no puede aceptar dejar de condicionar en la medida en que lo hace
actualmente, la voluntad de una parte importante de la sociedad
argentina y sectores del mismo poder judicial.
Pero
comenzamos, pueblo y gobierno a caminar sobre nuestras propias
piernas.
Respecto a este tema, encontramos un aporte muy
importante, un legado de luchadores, en la revista Repensar de mayo
2009, en un artículo de Roberto Perdía, que utilizamos como fuente
para plasmar estos conceptos.
LOS
MEDIOS Y SOCIEDAD
Los medios de
comunicación masiva, se han constituido en el núcleo duro, el
centro de irradiación ideológica de la política de globalización.
En este proceso de
homogenización de costumbres, hábitos, modos de pensar y consumir,
los medios ocupan un lugar central. Al servicio de estos fines el
sistema mediático pone todo su instrumental. Radio, cine,
televisión, y diarios multiplican-hasta el hartazgo-los mensajes
para doblegar la resistencia de las diversas culturas y someterlas a
"valores universales" del sistema que ellos venden y
nosotros debemos consumir. Avanzan en la idea que las necesidades del
mercado, que ellos controlan y a través del cual extraen sus
ganancias, deben constituirse en nuestras propias necesidades.
Esto es posible dado el
gigantesco avance de las tecnología de la comunicación en manos de
los medios de comunicación de masas. La TV e Internet son parte de
nuestra vida cotidiana de tal forma que, si lo pensamos un instante,
comprenderemos la enorme importancia de su rol.
Para que este mecanismo
funcione el sistema mediático debe avanzar, permanentemente en su
mayor concentración posible. De esta manera está garantizado que
basta con la decisión de unos pocos para lograr la universalización
de lo que trasmite.
Es a partir de esta
situación que podemos y debemos generar las condiciones para
fortalecer un sistema comunicacional con otros objetivos que le dé
cabida a todas las expresiones de nuestro pueblo.
Con la actual
tecnología podemos multiplicar nuestra forma de comunicación.
La apropiación de la
comunicación por parte de las comunidades, debe ser parte del
proceso de construcción de poder popular y liberación de nuestros
pueblos, desarrollando nuevos paradigmas desde nuestra propia
historia e intereses.
Como
reciben los distintos sectores sociales el mensaje de los medios
Cada sector social
tiene una percepción distinta de lo que recibe de la información y
ficción mediática.
Los sectores dominantes
no le otorgan ninguna credibilidad al mensaje que transmiten sus
propios emisores. Les importa solamente que dicho mensaje cumpla con
los objetivos que produzcan los efectos deseados en los consumidores,
sus clientes: el público, nosotros. El mensaje en sí mismo no es de
su interés, generalmente lo desprecian, ellos se mueven en otra
esfera.
Los sectores populares,
mayoritarios en la pobreza de su nivel de ingresos, ven a los medios
y sus expresiones como un espectáculo más. De allí el creciente
esfuerzo por identificar información con entretenimiento. Ese es el
modo a través del cual, los dueños del mensaje y sus contenidos,
aspiran utilizar la perspectiva-de los sectores populares-de
considerar a todo lo que les llega, por las vías mediáticas más
masivas-sobre todo la televisión-, como una forma de
entretenimiento.
La información
transformada en mercancía ya no tiene el significado de trasmitir un
hecho real sino que responde a la necesidad de vender un producto y
consolidar el sistema de poder. El producto a vender puede ser un
jabón, una medida gubernamental, un candidato electoral o un partido
de fútbol. La lógica del marketing comercial pretende invadirlo o
abarcarlo todo.
La
clase media como creadora principal y consumidora de la cultura
mediática
Analicemos
el comportamiento de la clase media frente a la cultura mediática.
La
clase media en nada se parece a la percepción de los sectores
dominantes a los que-genéricamente -poco y nada les interesa lo que
diga la TV, el cine o el diario, siempre que ello sirva a sus
objetivos. Si se propagan mentiras, si se dicen agravios, si se falta
el respeto, no importa, les sirve.
La
clase media también está lejos de como incorporan el mensaje los
sectores más humildes y su visión de todo mensaje mediático como
parte de un entretenimiento. Para los sectores medios el contenido
que le llega por la vía mediática, no es un espectáculo. No, de
ninguna manera, es la pura y mismísima verdad. Lo critican, lo
cuestionan, pero le creen.
Hace
varios años, Arturo Jauretche se hizo eco de la "tilinguería"
de gran parte de nuestra clase media, siempre pendiente de "la
vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser" y
presionada por sus ganas de ascenso social. Por ello, salvo honrosas
excepciones, es común encontrarla pendiente de las actitudes de las
"clases superiores", es clienta de los intereses de las
mismas, quiere parecerse, quiere ser, vestirse, hablar como las
clases altas. Por eso no es de extrañar que ésta le deje la tarea
de elaborar lo códigos a través de los cuales se expresará esa
cultura de masas, haciendo potable y asimilable el contenido del
discurso que le interesa trasmitir.
Son
los intelectuales, provenientes de la clase media, los encargados de
elaborar el código utilizado para trasmitir los múltiples mensajes
que interesan al sistema de poder. Esos sectores medios elaboradores
del código, son al mismo tiempo sus principales consumidores, creen
firme y literalmente en el producto que crearon.
A
diferencia de los sectores económicamente más poderosos y de los
más sumergidos, la clase media cree- genéricamente -en la
literalidad del texto, imagen o sonido que recibe, en base a códigos
elaborados por intelectuales de su misma clase.
Así
es nuestra clase media, mejor dicho la mayor parte de los pobladores
porteños y los que residen "dentro de los bulevares" de
las ciudades más importantes del país. Allí están los principales
productores y consumidores de la ideología predominante en nuestros
medios de comunicación de masas. Ellos conforman la "crema de
la opinión pública", que condiciona y le da "aceptación
social" a los comportamientos de cada uno de nosotros, siempre
que ellos no cuestionen a quienes detentan el poder real.
Hoy
los comunicadores aparecen desnudos en las pantallas de tv y en las
páginas de los diarios, pero la clase media no los ve, no se mira a
sí misma, no se autoevalúa, no piensa en sus propios intereses,
cree a los profetas del odio y sólo se involucra en aplaudirlos.
Los
medios son sus médium entre la realidad y ellos mismos.
Jauretche,
con toda lucidez y razón decía:
…"las
zonceras se hacen fuertes en la boca de dos grupos relevantes que
operan en la realidad argentina: los profetas del odio y el
medio pelo. Los primeros, emisores, funcionaron como
idiotas útiles correveidiles de la colonización pedagógica y los
segundos, receptores, como difusores en los niveles medios de la
sociedad. Unos dándole al discurso colonizador categorías
"académicas" y los otros vulgarizando y extendiendo el
grado de influencia del discurso"
Terminar
con esta vergüenza y asumir lo propio es una de las condiciones para
echar a andar -parados en nuestras propias piernas.
lunes, septiembre 11, 2017
El Diario De Hoy: OPINIÓN |
Sí, se puede
| Por Eduardo Aliverti
Tienta hablar de que nuestro periodismo está escribiendo una de las páginas más vergonzosas de su historia, en natural alianza con los factores de poder que lo surten. Pero es cierto sólo parcialmente. Hay otra parte, igual de determinante, que enorgullece.
El lunes pasado, según admitieron los medios oficialistas y algunos de sus comunicadores que frecuentan Casa Rosada, había desolación entre varios funcionarios. Acababa de conocerse que el perfil genético del herido por el puestero en la estancia de Benetton, durante el supuesto ataque de un supuesto grupo mapuche, no coincidía con el de Santiago Maldonado. En verdad, esa nunca fue una hipótesis con algún grado de verosimilitud sino la operación desperdigada por la prensa macrista en su trabajo, admirablemente incesante, por embarrar el terreno con toda clase de disparates. Si esos funcionarios con ánimo azorado compraron auténticamente el diario de Yrigoyen, se está ante una grave pérdida del sentido de realidad. Y si se trató de una actuación, tal vez es más grave todavía por el grado tenebroso de cinismo. Desde el primer momento, cualquiera con acceso a fuentes fidedignas era conocedor de que todos los indicios y sospechas firmes conducían a la Gendarmería, por ende a Bullrich y por ende a las consecuencias de la ordenación represora que habilita el discurso de Cambiemos. Muchísimo más, lo sabía cualquiera con entrada directa a las vertientes oficiales. Transcurrido el mes desde la desaparición de Maldonado, se habían acumulado los vislumbres y probanzas aportados, entre otros, por la parte del periodismo que todavía enaltece el oficio. ¿Qué lugar sensato podía ocupar la versión castrense de Patricia Bullrich, a quien finalmente le ordenaron enmudecer por completo cual si fuese no la ministra de Seguridad –en medio de un episodio terrible concerniente a su área– sino una outsider desencajada que sobreactuó su solidaridad con los gendarmes? De por medio hay un desaparecido, no versiones sobre la cotización del dólar, ni acerca de internas en el Gabinete, ni en torno de coimas en licitaciones públicas. Un desaparecido.
De ser por el caso en sí y desde toda perspectiva con limpieza intelectual, al menos en corto plazo el Gobierno no podrá salir de la encerrona que se autoprodujo porque, gracias a las usinas directas y a las que obran como prensa independiente, ya se instrumentaron casi todas las operetas y fantasías. El “casi” es una concesión al talento inagotable de sus libretistas. En orden no cronológico y de capacidad creativa diversa, pero siempre con el mismo y repugnante sentido desviacionista, ya inventaron un brote subversivo mapuche y una célula anarquista; un impedimento de ingresar a tierra ancestral sagrada, que no existe en ninguna parte; un pueblo entrerriano donde toda la población se parece al desaparecido; un jefe de gabinete del ministerio de Bullrich que ni coordinó la represión ni empezó a actuar en Chubut a mediados del año pasado, sino que simplemente pasaba por ahí y se bajó del auto a saludar los gendarmes; la firme decisión de colaborar con la Justicia a un mes de los hechos; un cadáver NN en una morgue chilena, de rasgos similares a Maldonado; una borrachera de violencia y una declaración de guerra, al cabo de la manifestación en Plaza de Mayo, por parte de un grupo de provocadores entre los cuales, como de costumbre, estaba encapuchada la propia policía al extremo de que el propio gobierno porteño anunció que abriría un sumario interno; la sugerencia de que Maldonado fue muerto por sus compañeros, entrenados por guerrillas vascas, colombianas y kurdas. Improvisaron que Gendarmería filmó todo pero ocultaron que no grabó las escenas de intrusión en Cushamen o, peor, la grabación fue destruida. Escondieron que al realizar las pericias rudimentarias de cinco camionetas, ya lavadas, el juez Otranto no ordenó allanar simultáneamente las instalaciones de Gendarmería, que afirma haber usado sólo las camionetas cuando en el lof mapuche están las huellas del unimog.
A esta altura, semejante e incompleta lista de atrocidades institucionales, jurídicas y periodísticas sugeriría que ya no tienen más nada que inventar, no porque faltaran ganas o ensoñaciones sino por la presunción de que no deben seguir cayendo en el ridículo, bajo pena de perder unos cuantos votos. No es ésa la cuenta que sacan en el macrismo. Obviamente, ya mandaron a medir el impacto masivo por la desaparición de Maldonado y el resultado les da que es electoralmente irrelevante. Al contrario, todas las encuestas, publicadas y reservadas, muestran un crecimiento de las candidaturas oficialistas en general, ayudado por la polarización en el decisivo territorio bonaerense y por un clima económico cuyos indicadores no resisten la comparación contra 2015, pero sí versus el escenario planchado de 2016. La memoria parece ser cada vez más corta. Los relevamientos de a miles de personas, los grupos focales, lo que se advierte en las redes y repercusiones en medios de comunicación tradicionales (trolls aparte) descubren críticas y enojos como los que manifestó el senador radical Ernesto Sanz, quien atribuyó la causa principal de esta inmundicia a un problema de comunicación gubernamental que debería corregirse. De todas maneras, cabrá reconocerle al mendocino la voluntad de mínimamente decir una pavada. ¿Nadie se pregunta por el silencio de la doctora Carrió, como numen sacrificial de la lucha contra la corrupción y los escamoteos antirrepublicanos? ¿O acaso se toma en serio su mención de estas horas a que el “narcokirchnerismo” busca destruir a Bullrich? No hay por qué no creerle a lo despreocupado que se muestra el Gobierno sobre la incidencia de Maldonado el 22 de octubre, porque en rigor no hay mayor novedad alguna. ¿Cuál es la diferencia profunda entre que si se lo llevaron por algo habrá sido y qué tenía que hacer el hippie ése entre mapuches barderos? ¿Cuál es entre que los desaparecidos andan viajando por Europa y que este fumado debe estar en algún lugar de la cordillera, o andá a saber dónde? ¿Cuál es entre los terroristas del trapo rojo y sucio y unos indios que quieren independizarse? ¿Cuál es entre la campaña antiargentina en el exterior y la que acá encabezan por Maldonado los subversivos de Cristina y Verbitsky? Sostener esos delirios, para definirlos de algún modo aunque en verdad no hay ninguna palabra capaz de abarcar su dimensión siniestra, sólo puede ser posible porque hay un amplio plafond social que es simultáneamente tributario y originador del mensaje facho. Una base que articula con sectores de abajo y, quizá sobre todo, de clase media dispuesta a indultarse con la pregunta de qué tendrá que ver Santiago Maldonado con los dramas, problemas y desafíos de mi vida. Si el desaparecido es víctima ostensible del aleccionamiento represivo que necesita un gobierno como éste, vaya el yo argentino porque ni me meto, ni habito la estepa patagónica ni entiendo qué tendrá que ver Maldonado con la inflación, los despidos, el boliche que no da o el festival de deuda externa que nos lleva otra vez a las condiciones objetivas de 2001.
Lo único que mete una cuña interpelante, movilizadora, entre esa mirada de Maldonado que circula por todo el mundo y el mundo violento, racista, indiferente, frívolo, de quienes viven en un potus masturbatorio, es esa gente orientada a no ser hablada por los medios sino a que los medios tengan que registrarla porque, de tanto que no se cansa, los obliga a reaccionar no solamente con la creación de fantasmas. ¿Por qué Macri debió aceptar hablar del tema así fuere con sus oraciones escolares y en una ronda de prensa apurada, callejera, de la que literalmente escapó? ¿Por qué le ordenaron a Bullrich que se cosa la boca y evite toda figuración? ¿Por qué lo mandaron a Avruj a hacerse presente y por fin en el lugar de los hechos? ¿Por qué intentan a toda costa congraciarse con la familia de Maldonado? ¿Por qué los medios adictos, caído su guión de la mancha de sangre que habría de confirmarse como del atacante Maldonado contra un puesto de estancia, comenzaron a abrir sus portadas y noticieros con largos despliegues dedicados a los cuentos de Gendarmería, del juez, de la fiscal, de Bullrich? ¿Por qué el Gobierno, a través sus voceros y en lugar de respuestas técnicas a las acusaciones precisas, habla de la subversión? Porque la gente indispensable arrinconó a la mentira. Porque todavía está esa parte del periodismo que hace honor a los datos precisos, junto con la opinión que se funda en ellos. Y porque, como suele suceder, hay algo que se (les) pierde entre los cálculos más detallados gracias –como en este caso– a la sinergia de lo que comienza siendo disperso. Una que empieza a interrogar dónde está Maldonado en un consultorio médico, uno que pone el cartel en cualquier pared, una que lo dice por los altoparlantes del aeropuerto, uno que crea un meme y otros que lo esparcen, y otros que saturan las líneas telefónicas de denuncia, y más, y más, hasta que la mismísima crema del establishment tenga que emitir una declaración preguntando dónde está Maldonado, aunque lo use para prevenir contra el peligro de clima de violencia fogoneado por los periodistas que compra. Hasta que un colega de Clarín, de tanto que en los medios del grupo ignoraron el tema, tenga que referirse a él en el lugar del diario que fija la posición editorial aunque rebautizando a Santiago como Sebastián. Todo eso se logró. Nada más y nada menos que todo eso.
De modo que Sí, se puede.
El Diario De Hoy: CHILE - Estados Unidos y Pinochet
El imperio norteamericano utilizó todos los recursos disponibles para poner fin a la Unidad Popular de Allende. El país norteño promovió y financió a la oposición chilena que, a su vez, impulsó acciones como paros de transporte, escasez inducida de alimentos y huelgas generales.
En el informe “Actividades de la CIA en Chile”, se puede leer: "La CIA también suministró ayuda a grupos militantes de extrema derecha para debilitar al Presidente y generar una atmósfera de tensión".
El 11 de septiembre de 1970, las fuerzas armadas chilenas, bajo el comando del entonces comandante en jefe del ejército, Augusto Pinochet Ugarte, y con ayuda de los Estados Unidos, llevaron a cabo un golpe cívico-militar contra el gobierno de Salvador Allende.
La violencia generada la mañana de ese martes fue tan agresiva que, prácticamente, dejó sentado lo que serían los próximos años para Chile: un país sometido a una de las dictaduras más cruentas de América Latina.
Ese 11 de septiembre, el palacio de Gobierno, llamado "La Moneda", fue bombardeado por aviones y tanquetas, quedando absolutamente destruído y cuya posterior reconstrucción tardó años.
El presidente Salvador Allende se encontraba en su interior. Pese a los intentos de sus familiares y de su círculo amistoso y político más cercano para llevarlo a un lugar seguro, el mandatario no quiso abandonar su lugar. Asimismo, rechazó el ofrecimiento de Pinochet de "rendirse" y abordar un avión fuera del país. (grabaciones posteriores delatarían las verdaderas intenciones del militar, quien pretendía derribar la aeronave en pleno vuelo).
"Yo no voy a renunciar. Pagaré con mi vida la lealtad del pueblo" dijo en sus últimas palabras, registradas para siempre en un discurso histórico transmitido por la Radio Magalles.
El Diario De Hoy: CHILE - La historia la hacen los pueblos
Ese hecho marcó al país y a la sociedad chilena, transformándose hasta el día de hoy, para muchos de los seguidores de su legado, en el día más alegre de la historia de la nación. Sin embargo, su triunfo signiricaría también el inicio de una persecusión política que no sólo acabó con el mandato del pueblo, sino también dañó profundamente a varias generaciones, hasta el día de hoy.
Su convicción de que el socialismo podía construirse sobre la base de las tradiciones democráticas, en lo que se definiría como la vía chilena al socialismo, promovió importantes reformas políticas, económicas y sociales que transformaron al país, como la nacionalización de la gran minería del cobre y la profundización de la reforma agraria.
Por primera vez, el pueblo tenía en sus manos su propio destino. La igualdad de oportunidades y derechos eran una realidad palpable y la vida digna y justa estaba siendo garantizada por Allende.
Durante la Unidad Popular la cultura chilena floreció profundamente en referentes políticos y artísticos como el cantautor Víctor Jara (asesinado por la dictadura el 16 de septiembre de 1973) o el poeta Nobel de Literatura 1971, Pablo Neruda, quien falleció el 23 de septiembre, asediado por una enfermedad que se aceleró por la tristeza del golpe de Estado, doce días antes de su muerte.
Su discurso y sus medidas revolucionarias eran abiertamente opuestas al orden establecido por Estados Unidos en la región y afectaban a los intereses de la oligarquía y de los sectores de la derecha del país, quienes iniciaron una campaña de desestabilización económica contra el Gobierno.
El inolvidable legado de Allende a 44 años de su partida
El pensamiento político y humano de Salvador Allende continúa vigente en el pueblo de América Latina y el mundo, que lucha por una sociedad más justa y equitativa.
Salvador Allende es una de las personalidades más importantes y recordadas de la historia de Chile. Fue electo como presidente de ese país en 1970 para cumplir su mandato hasta 1976, sin embargo el 11 de septiembre de 1973, Augusto Pinochet -en complicidad con los Estados Unidos- lideró un golpe cívico-militar contra su Gobierno. Esa mañana, el presidente Allende murió en el palacio de La Moneda defendiendo "el mandato del pueblo", como dijera en sus últimas palabras.
Semblanza de un líder
Salvador Allende nació el 26 de junio de 1908, en el seno de una familia de clase media de Valparaíso. De niño viajó por el país a causa de las actividades laborales de su padre, un abogado que ocupó varios cargos políticos en Chile.
En 1924 ingresó a estudiar Medicina a la Universidad de Chile. Llevado por su profunda vocación social, en 1929 integró el grupo político universitario "Avance", siendo un importante referente estudiantil. A los 25 años se convirtió en el primer secretario regional del Partido Socialista de Chile.
Al obtener su título de médico cirujano, Salvador se dedicó a la medicina social, dejando como legado diversos trabajos sobre salud pública. Antes de cumplir los 30 años, fue electo Diputado por Valparaíso y Quillota.
Bajo el Gobierno del presidente chileno Pedro Aguirre Cerda, ejerció como ministro de Salud. En 1945, fue electo Senador, llegando a presidir la Cámara alta del Congreso.
En 1951, junto a comunistas, radicales doctrinarios y la izquierda socialista, participó en la fundación del Frente Nacional del Pueblo (FRENAP), alianza calificada como una "conciencia en marcha". Un año después se postuló por primera vez para presidir el país.
Luego de tres intentos, el 4 de septiembre de 1970, Salvador Allende fue elegido presidente de Chile, apoyado por la histórica coalición de partidos de izquierda llamada "Unidad Popular".
sábado, septiembre 09, 2017
LA PELÍCULA DE HOY: CABALLOS SALVAJES
José (Héctor Alterio) es un veterano anarquista de setenta años. Durante toda su vida ha sabido cómo y por qué vale la pena jugarse la vida. Por eso, cuando un día se siente estafado por el banco donde guarda sus ahorros, decide atracarlo y darse a la fuga. Allí conocerá a Pedro (Leonardo Sbaraglia), un joven empleado de la entidad. Aunque no hay nada que los una, desde el primer momento Pedro siente una conexión con el anciano y ve en él el tipo de persona que quiere ser. Juntos comienzan la huída.
A ellos se unirá Ana (Cecilia Dopazo), una chica sin rumbo que no sabe qué hacer con su vida. Los tres escaparán juntos de sus perseguidores y vivirán una aventura en la que conocerán lo que son capaces de hacer y descubrirán lo que merece la pena y lo que no.
viernes, septiembre 08, 2017
Editorial Carlos Polimeni 08/09/2017
@RadioAlia "te acompaña"
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Un programa de información general, con anclaje social y la mirada puesta en la actualidad y los problemas que te afectan a vos. Cultura y una gran comunión de grupo para tus mediodías de radio. (12:00 a 14:00 hs)
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radio@alia.com.ar |
Escuchar, analizar, compartir, debatir, ESA ES LA TAREA
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Carlos Polimeni
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8 DE SEPTIEMBRE: DÍA INTERNACIONAL DE LA ALFABETIZACIÓN
Desde 1967, cuando la ONU y la UNESCO decidieran que el 8 de septiembre se celebraría el Día Internacional de la Alfabetización, se han realizado muchos progresos en gran cantidad de países para que la población aprenda a leer y escribir.
La UNESCO coordina el Decenio de las Naciones Unidas de la Alfabetización (DNUA) bajo el lema: "La alfabetización como libertad". Desde SUTEBA hemos desarrollado, junto a los Trabajadores de la Educación el concepto de Alfabetización, entendida de modo activo, crítico y creativo. En ese sentido, supera la cuestión instrumental de descifrar signos para proyectarse como la formación de los sujeros para explorar, disputar sentidos, seleccionar información, comunicar pensamientos y sentimientos, para finalmente transformar las condiciones de su propia existencia.
Los conceptos de "alfabetización", "analfabetismo" comienzan a ser relativizados, desde el multiculturalismo, por ello es más propio hablar de "alfabetismos" para expresar las diferencias, así como la multiplicidad de sentidos que pueden adquirir en múltiples culturas.
La alfabetización es un proceso complejo, no tiene edad, pues abarca la apropiación crfítica de diversos lenguajes para la expresión, la información en sentido liberador. La afimación de la escuela como ámbito alfabetizador requiere de la problematización de su sentido, tendiendo hacia la constitución de un ciudadano crítico, autónomo y colectivo, capaz de disputar, disfrutar, convencer a partir de la lectura y la escritura.
Inaugurado en la Sede de las Naciones Unidas en 2003, el Decenio de las Naciones Unidas de la Alfabetización (2003-2013) se propone aumentar los índices de alfabetización y empoderar a todas las personas en cualquier lugar del mundo.
Fuente: http://www.unesco.org
La vinculación de CIA con la Operación Cóndor
La periodista argentina Stella Calloni ofreció datos en torno a las investigaciones acerca de la participación directa de la CIA en la llamada Operación Cóndor, que generó torturados, desaparecidos y asesinados en todo el Cono Sur en época de dictaduras. Calloni fue entrevistada por la también periodista Ana Delicado. A continuación la entrevista:
“Así como mataron a dos diplomáticos cubanos, asesinaron también aquí a expresidentes extranjeros”, sentencia la periodista argentina Stella Calloni. En una entrevista con Público, la reconocida investigadora y corresponsal explicó el contexto de los crímenes perpetrados por la CIA en un periodo en el que la Operación Cóndor comenzaba a articular su entramado de desapariciones en todo el Cono Sur.
“Automotores Orletti era un taller policial que se transformó en un centro clandestino de torturas. Por allí pasaron unas 500 personas en apenas unos meses”, cuenta Calloni. “Dos agentes de la CIA, el estadounidense Michael Townley (también miembro de la policía secreta chilena, la DINA) y el cubano Guillermo Novo Sampoll, viajaron a Buenos Aires para interrogar en Orletti a los diplomáticos cubanos. Lo confirmó Manuel Contreras, jefe de la DINA del ex dictador chileno Augusto Pinochet, a la jueza María Servini de Cubría [que ahora lleva la causa contra el franquismo abierta en Argentina]“.
Ésta no era la primera vez que agentes de la CIA participaban en la Operación Cóndor. “Los tenemos registrados en varios operativos”, detalla la corresponsal del periódico mexicano La Jornada y autora de dos libros sobre el operativo Cóndor. “Los cubanos Ignacio Novo Sampoll, Alvin Ros Díaz, y Virgilio Paz fueron los que pusieron la bomba debajo del automóvil de Orlando Letelier, ex embajador de Chile del presidente Salvador Allende. Todo este grupo trabajó con la CIA y fue amparado por ella”.
Townley y Novo Sampoll hoy siguen libres. “Townley fue juzgado en Italia y condenado junto a Contreras por el asesinato de Letelier, pero la CIA lo tiene como testigo protegido. Novo Sampoll estuvo involucrado en el intento de asesinato a Fidel Castro en Panamá en el año 2000. Él, Posadas Carriles, y otros cinco, fueron arrestados justo antes del atentado, pero los liberaron”, narra Calloni.
Escalada de terror contra Cuba
Jesús Cejas Arias y Crescencio Galañena Hernández tenían 22 y 26 años cuando fueron secuestrados en agosto de 1976, apenas instaurada la dictadura argentina (1976-1983). Los dos eran funcionarios de la embajada cubana en Buenos Aires.
Los restos de Galañena Hernández fueron hallados en junio de 2012, cuando unos niños jugaban en una zona en obras en la provincia de Buenos Aires. “Vieron un tambor metálico que estaba roto por un lado y distinguieron unos huesos. La policía llegó y al poco descubrieron otros dos tanques, entre los que estaba una empleada de la embajada cubana”, precisa la periodista.
A Cejas Arias lo encontraron en mayo de este año en otro barril escondido en el mismo predio. “La Marina arrojaba los cuerpos al mar. Pero Orletti impuso su sello propio con los tambores”, añade Calloni. “En un reciente homenaje a los cubanos, un sobreviviente de Orletti dijo que había que pensar en la perversidad de doblar un cadáver para meterlo en un tanque, rellenarlo de cemento y tirarlo al río para que se hundiera. Así fue encontrado también el hijo del poeta argentino Juan Gelman. Desde este año se están haciendo excavaciones especiales para encontrar más barriles”.
“Gozar de la libertad del mundo occidental”
El hallazgo de los cubanos demostró que además de haber sido asesinados, los habían querido hacer pasar por desertores. A los días de su desaparición, la agencia AP recibió una carta, con las credenciales de los dos diplomáticos: “Nosotros, ambos cubanos, nos dirigimos a usted por este medio para comunicar que hemos desertado de la embajada para gozar de la libertad del mundo occidental”, decía el texto.
“Los grupos cubanos que trabajaron con la CIA se organizaron en torno a cinco organizaciones y conformaron lo que se llamó ‘la guerra por los caminos del mundo’”, especifica la autora de Operación Cóndor y Los Años Del Lobo. “Cometieron unos 300 atentados sólo en Estados Unidos. En 1975 quisieron matar al embajador en Buenos Aires Emilio Aragonés disparando a su automóvil, e hicieron volar un consulado de México porque este país tenía mucha amistad con Cuba. Quisieron asesinar también al cónsul cubano en México, y mataron a Artagnán Díaz, empleado de ese consulado. Fueron los mismos que atacaron a Letelier en Washington, en un asesinato que gestionó el cubano Luis Posadas Carriles”.
Un documento prueba esto último. “Dice: ‘Nos salió bien lo de Orlando Letelier, ahora vamos por el avión de Cubana’. Y lo volaron en Barbados, matando a 33 personas. Los que investigamos Cóndor tenemos vinculado aquel atentado como parte de la Operación Cóndor”, razona Calloni.
‘Operación Cóndor en marcha’
En noviembre de 1975, por influencia de Pinochet, el jefe de la DINA invitó a las dictaduras del Cono Sur a trabajar en conjunto contra opositores influyentes. En Paraguay se encontró un documento clave firmado por los representantes de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay. Un agente de la CÍA, Robert Scherer, explicó en qué consistía el acuerdo: en un operativo para perseguir, hacer seguimiento, controlar a los disidentes políticos que se fueran a países vecinos, secuestrarlos, apresarlos, devolverlos al país de origen, y hacer equipos conjuntos para asesinar a personalidades.
“Esto ya lo habían probado los chilenos en 1974, junto con la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), al asesinar al general chileno Carlos Prats y a su esposa Sofía Cuthbert”, recuerda Calloni. “En septiembre de 1975 fueron a Roma a intentar asesinar al chileno democristiano Bernardo Leighton y su esposa Ana Fresno, que hacían denuncias en el Vaticano contra la dictadura de Pinochet. Ellos quedaron discapacitados de por vida. Uno de los que atentó contra ellos era el cubano Virgilio Paz”.
La dictadura argentina mató también, con la colaboración de Bolivia, al ex presidente de ese país Juan José Torres, que apareció torturado. “También se secuestró a los legisladores uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, que aparecieron en un automóvil asesinados y torturados. Creemos que también mataron aquí al ex mandatario brasileño Joao Goulart, con la colaboración de su país y de Uruguay. Ni el ex dictador argentino Jorge Videla ni el brasileño Ernesto Geisel permitieron su autopsia”, denuncia la periodista.
Un operativo de casi nueve años
En Argentina se está juzgando ahora la Operación Cóndor como un operativo que se extendió desde 1975 hasta 1984. El entramado institucional se creó con el Gobierno argentino de Isabel Martínez de Perón, pero se desarrolló institucionalmente durante la dictadura de Videla. “La Operación tuvo la característica de que se ocupaba de gente importante que podía tener influencia en el extranjero contra las dictaduras”, reflexiona la investigadora. “Con Cóndor demuestras lo que es terrorismo de Estado, lo que es la contrainsurgencia, lo que es la libertad de fronteras para entregar prisioneros políticos sin pasar por ningún juzgado, y lo que es la injerencia de Estados Unidos en la región. Kissinger tiene mucho que ver y también Bush padre, que siendo el jefe de la CIA , quiso encubrir el asesinato de Letelier diciendo que parecían ‘ser izquierdistas que se matan entre ellos’”.
La Operación Cóndor, que pudo quitar la vida de hasta 2.000 personas, según Calloni, funcionó como una guerra anticomunista. “Nuestras dictaduras seguían la Doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos, que en ese momento combatía contra la Unión Soviética. Nuestros ejércitos tenían que deshacerse de los izquierdistas, de los comunistas y de los curas de la doctrina de la liberación. Por eso hay tantos religiosos desaparecidos”.
Europa no se salva de su participación en la Operación Cóndor. Están involucrados los grupos fascistas italianos Ordine Nuovo y Avanguardia Nazionale, además de la Organización del Ejército Secreto francesa. “También sabemos que, en España, grupos franquistas los apoyaban cuando tenían que viajar a cualquier lado”.
A falta de más investigación que arroje luz sobre la colaboración europea con las dictaduras del Cono Sur, en Argentina comenzará en breve una segunda fase del juicio de la Operación Cóndor. “Cada causa involucra mucha documentación y cruzarla es muy difícil”, reconoce Calloni. “Pero hemos pedido centros en los que puedan investigar jóvenes. Y Cóndor será ahora un trabajo que se hará desde dentro del Mercosur para que los países puedan colaborar unos con otros. La verdad se irá sabiendo, tarde o temprano”.
Discurso cívico-militar
El Diario De Hoy: OPINIÓN
Esteban Viú* analiza el discurso oficial frente a la desaparición forzada de Santiago Maldonado y lo caracteriza como un discurso de guerra que desempolva estructuras semióticas que los sectores reaccionarios tenían cajoneadas hace más de 30 años.
Los últimos meses nos encontraron como espectadores del resurgir de un discurso nefasto para la historia de nuestro país: el discurso de guerra, que es la continuación del periodismo de guerra por otros medios, es decir, por canales estatales. La desaparición de Santiago Maldonado alcanzó para desempolvar estas estructuras semióticas que los sectores reaccionarios tenían cajoneadas hace más de 30 años.
La violencia discursiva encontró su epicentro en las declaraciones de Patricia Bullrich que, luego de varios días de silencio oficial, salió a denunciar subversión mapuche en lugar de aportar datos concretos sobre la búsqueda del joven desaparecido. “La lógica que están planteando es el desconocimiento del estado argentino, la lógica anarquista”, aseguró. Desde esa óptica es que se interpreta lo sucedido con Maldonado hacia dentro (y fundamentalmente hacía afuera) de Cambiemos. Un integrante de una facción rebelde que quiere derrocar al Estado.
Los medios y periodistas satélites del gobierno se encargaron de reforzar esta posición. En medio de la represión indiscriminada, algunos pregonaban una “guerrilla mapuche que llegó a Buenos Aires”, para justificar la desaparición de una persona en el sur del país. El diario que es tribuna de doctrina, en tanto, citó una fuente -sin difundir su identidad- que aseguraba que el lugar donde vivía el artesano funcionaba como “hostel y biblioteca con abundante material bibliográfico de índole revolucionario”. A los pocos días, en una columna sin escrúpulos y mal intencionada, Eduardo van der Kooy elegía la siguiente definición: “Hace tres semanas que el artesano se hizo humo”. En el universo discursivo de los conglomerados mediáticos, las denuncias y los responsables operan en un plano que sólo adquiere sentido si se lo interpreta bajo el paraguas de la guerrilla mapuche.
Según Bourdieu, todo discurso que pertenece a una ideología hegemónica no solamente reproduce el orden establecido, también configura la forma con la que el orden se estabiliza. En este caso particular lo hace diferenciando grupos sociales, especialmente aquellos que son considerados aliados del sistema y aquellos que pueden suponer un peligro para el normal funcionamiento del mismo. La imagen social de toda ideología hegemónica aparece con una presentación positiva de sí misma y una presentación negativa del otro, en este caso, el enemigo. No hay mejor arma de defensa para el sistema que convertir a aquellos elementos que pretenden combatirlo en estímulos informativos que despierten reacciones de malestar emocional en la ciudadanía. Los medios hegemónicos, que dominan lugares privilegiados de lo público, promueven configuraciones de la realidad que tienden a definir los saberes que condicionan la forma de comprender y actuar en un mundo cada vez más homogeneizado.
En el caso de Santiago Maldonado existen todos los elementos para pensar en una desaparición forzada, aunque el gobierno se aparte de esa postura, y en una construcción hegemónica del relato. Hay estigmatización de la comunidad mapuche, asociándola con guerrillas internacionales y movimientos separatistas, hay ocultamiento deliberado de información esencial (Clarín, por ejemplo, tardó más de una semana en colocar el asunto en tapa) y también hay una construcción de un enemigo que justifique las maneras de actuar del Estado.
Sin embargo, el objetivo final no es Santiago Maldonado. El objetivo que rige el accionar planificado de la maquinaria comunicacional y gubernamental es criminalizar la protesta, demonizar la política como herramienta de transformación, adormecer a los pueblos para que no interrumpan los negociados espurios del grupo Benetton o para que no interpelen a los funcionarios de turno que se transforman en ajustadores seriales o represores a ultranza.
El tratamiento oficial del caso de Santiago Maldonado no es casualidad. El tratamiento oficial sobre el caso del Polaquito no fue casualidad. Las declaraciones de Esteban Bullrich, festejando un pibe preso por día, no constituyeron de ninguna manera una casualidad. El ingreso de militares armados en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) el pasado 15 de agosto no fue un hecho fortuito, como tampoco la jugada mediática de la carga de datos en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe en el horario de prime time.
Días atrás apareció una pintada que sentenciaba: “menos política”, en respuesta a un cartel que pedía por la aparición con vida de Santiago. Y gran parte de la estrategia oficial se reduce a eso, “menos política, más comunicación”.
* Periodista.
Esteban Viú* analiza el discurso oficial frente a la desaparición forzada de Santiago Maldonado y lo caracteriza como un discurso de guerra que desempolva estructuras semióticas que los sectores reaccionarios tenían cajoneadas hace más de 30 años.
La violencia discursiva encontró su epicentro en las declaraciones de Patricia Bullrich que, luego de varios días de silencio oficial, salió a denunciar subversión mapuche en lugar de aportar datos concretos sobre la búsqueda del joven desaparecido. “La lógica que están planteando es el desconocimiento del estado argentino, la lógica anarquista”, aseguró. Desde esa óptica es que se interpreta lo sucedido con Maldonado hacia dentro (y fundamentalmente hacía afuera) de Cambiemos. Un integrante de una facción rebelde que quiere derrocar al Estado.
Los medios y periodistas satélites del gobierno se encargaron de reforzar esta posición. En medio de la represión indiscriminada, algunos pregonaban una “guerrilla mapuche que llegó a Buenos Aires”, para justificar la desaparición de una persona en el sur del país. El diario que es tribuna de doctrina, en tanto, citó una fuente -sin difundir su identidad- que aseguraba que el lugar donde vivía el artesano funcionaba como “hostel y biblioteca con abundante material bibliográfico de índole revolucionario”. A los pocos días, en una columna sin escrúpulos y mal intencionada, Eduardo van der Kooy elegía la siguiente definición: “Hace tres semanas que el artesano se hizo humo”. En el universo discursivo de los conglomerados mediáticos, las denuncias y los responsables operan en un plano que sólo adquiere sentido si se lo interpreta bajo el paraguas de la guerrilla mapuche.
Según Bourdieu, todo discurso que pertenece a una ideología hegemónica no solamente reproduce el orden establecido, también configura la forma con la que el orden se estabiliza. En este caso particular lo hace diferenciando grupos sociales, especialmente aquellos que son considerados aliados del sistema y aquellos que pueden suponer un peligro para el normal funcionamiento del mismo. La imagen social de toda ideología hegemónica aparece con una presentación positiva de sí misma y una presentación negativa del otro, en este caso, el enemigo. No hay mejor arma de defensa para el sistema que convertir a aquellos elementos que pretenden combatirlo en estímulos informativos que despierten reacciones de malestar emocional en la ciudadanía. Los medios hegemónicos, que dominan lugares privilegiados de lo público, promueven configuraciones de la realidad que tienden a definir los saberes que condicionan la forma de comprender y actuar en un mundo cada vez más homogeneizado.
En el caso de Santiago Maldonado existen todos los elementos para pensar en una desaparición forzada, aunque el gobierno se aparte de esa postura, y en una construcción hegemónica del relato. Hay estigmatización de la comunidad mapuche, asociándola con guerrillas internacionales y movimientos separatistas, hay ocultamiento deliberado de información esencial (Clarín, por ejemplo, tardó más de una semana en colocar el asunto en tapa) y también hay una construcción de un enemigo que justifique las maneras de actuar del Estado.
Sin embargo, el objetivo final no es Santiago Maldonado. El objetivo que rige el accionar planificado de la maquinaria comunicacional y gubernamental es criminalizar la protesta, demonizar la política como herramienta de transformación, adormecer a los pueblos para que no interrumpan los negociados espurios del grupo Benetton o para que no interpelen a los funcionarios de turno que se transforman en ajustadores seriales o represores a ultranza.
El tratamiento oficial del caso de Santiago Maldonado no es casualidad. El tratamiento oficial sobre el caso del Polaquito no fue casualidad. Las declaraciones de Esteban Bullrich, festejando un pibe preso por día, no constituyeron de ninguna manera una casualidad. El ingreso de militares armados en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) el pasado 15 de agosto no fue un hecho fortuito, como tampoco la jugada mediática de la carga de datos en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe en el horario de prime time.
Días atrás apareció una pintada que sentenciaba: “menos política”, en respuesta a un cartel que pedía por la aparición con vida de Santiago. Y gran parte de la estrategia oficial se reduce a eso, “menos política, más comunicación”.
* Periodista.
Fin del mito: ¿Mapuches "chilenos", Tehuelches "argentinos"?
PUEBLOS ORIGINARIOS
(DESCORRIENDO LA CORTINA DE HUMO SOBRE LOS MAPUCHES)
Un comunicado de investigadores del CONICET con el título "Los mapuches no son ´indios chilenos´, sino pueblos preexistentes", sostiene que "vivían en esos territorios antes de que existieran los Estados", que "había mapuches en lo que hoy es Argentina, así como había tehuelches en lo que hoy es Chile" y éstos no se extinguieron sino que aún existen.
La represión de la Gendarmería Nacional en contra de la comunidad mapuche Pu Lof, en el departamento de Cushamen, provincia del Chubut, enfrentada con el empresario italiano Luciano Benetton, propietario de más de 800 mil hectáreas en la Patagonia desde 1991, desató una polémica acerca de la condición "chilena" de los mapuches que habrían exterminados a los tehuelches, "indios argentinos".
A principios de este año el CONICET emitió un comunicado repudiando la represión sufrida por la comunidad los días 11 y 12 de enero en donde también echaban por tierra las versiones estigmatizantes de que los "mapuches son chilenos" y los "tehuelches son argentinos. A continuación el comunicado completo:
"Los investigadores nucleados en la Sección Etnología, perteneciente al Instituto de Ciencias Antropológicas de la Universidad de Buenos Aires, repudiamos la represión llevada a cabo contra la Pu Lof en Resistencia, en el Departamento de Cushamen, el 11 y el 12 de enero, por Gendarmería Nacional y por la Policía de la Provincia de Chubut. Nos sumamos, de este modo, a los múltiples comunicados de repudio realizados por comunidades y organizaciones indígenas, investigadores, docentes y estudiantes, trabajadores del Estado, agrupaciones religiosas y organismos de derechos humanos.
Al mismo tiempo, comunicamos nuestra preocupación, una vez más, por la recurrencia de discursos y relatos sesgados y erróneos sobre la realidad de los pueblos indígenas actuales y sus orígenes. Como investigadores que trabajamos con pueblos originarios de Argentina y de otros países de América del Sur, respaldamos una parte sustancial de nuestras investigaciones en etnografías llevadas a cabo en los territorios comunitarios y en los márgenes de las zonas urbanas, en las que se instalaron las familias indígenas que fueron forzadas a desplazarse desde mediados del siglo pasado.
Si bien en las últimas décadas la destrucción de sus territorios intensificó las migraciones, también se da un proceso inverso y algunos deciden volver a la tierra. Este proceso de retorno —al que suelen referir como "recuperaciones"— pone al descubierto el despojo territorial que vivieron sus mayores, así como los métodos fraudulentos y violentos empleados tanto por privados como por el propio Estado.
Numerosas investigaciones antropológicas e históricas contextualizan estos procesos de despojo y permiten explicar por qué Benetton es hoy el mayor propietario de la Patagonia, en tanto que la mayoría de las comunidades indígenas territoriales se encuentran en tierras consideradas fiscales, sin títulos de propiedad comunitaria, bajo la amenaza constante de desalojo. Por lo tanto, las "recuperaciones" no son actos terroristas ni amenazas a la seguridad nacional, tal como sostiene el Ministerio de Seguridad de la Nación. Son llamados de atención sobre historias silenciadas en el relato oficial de la colonización, sobre los efectos negativos de la extranjerización de la tierra y de la intervención del capitalismo extractivista, y revelan la continuidad de la colonialidad en el presente.
Por otro lado, tal como indica el nombre de nuestro lugar de trabajo, algunos de nuestros estudios examinan las clasificaciones etnológicas, sus contextos de producción y las relaciones de poder subyacentes. Coherentes con dichas investigaciones, nos vemos en la obligación de aclarar dos enunciados fundados en el desconocimiento que, si bien son antiguos, se actualizan en estos días.
Afirmamos, por lo tanto, que los mapuches no son araucanos de origen chileno y no exterminaron a los tehuelches. La mayoría de los etnónimos (nombres de los pueblos indígenas) variaron entre el siglo XVIII y el presente; algunos son nombres que se dan a sí mismos —como por ejemplo "mapuche"— y otros fueron impuestos —como es el caso de los términos "araucano" y "tehuelche". Vale decir que "araucanos" no es el "verdadero nombre" de los mapuche ni tampoco es el nombre de los "antiguos mapuche"; es apenas el nombre que los españoles quisieron darles.
Los mapuches, por otra parte, no son "indios chilenos", sino pueblos preexistentes. Esto significa que vivían en estos territorios antes de que existieran los Estados y que había mapuches en lo que hoy es Argentina, así como había tehuelches en lo que hoy es Chile. A su vez, las alianzas matrimoniales entre unos y otros y los desplazamientos producidos por el avance de los Estados sobre sus territorios dieron lugar a que muchas familias se identifiquen en el presente como mapuche-tehuelche, tal como ocurre en la actual provincia de Chubut. Los tehuelches, por otra parte, no "se extinguieron", sino que desde hace varios años luchan para demostrar que continúan existiendo y, en la Patagonia austral, han comenzado a identificarse en el espacio público como aonek'enk. Los responsables de su marginación e invisibilización no fueron los mapuches, sino las políticas de colonización.
Convencidos de la importancia de evitar lecturas sesgadas de la historia y del presente, en la vía para reparar injusticias y subordinaciones, invitamos a quienes deseen profundizar en el conocimiento de estos temas a considerar, en primer lugar, las voces de los propios pueblos originarios, que se expresan a través de sus organizaciones y líderes, en los medios de comunicación y en las redes sociales.
Los invitamos también a consultar los numerosos estudios actualizados, disponibles en internet, mediante los cuales los investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de diversas universidades nacionales contribuimos a resolver problemas que preocupan a nuestra sociedad".
miércoles, septiembre 06, 2017
El Estado Mapuche: la maniobra británica para dividir la Patagonia
Creación del Estado Mapuche en San Luis
Una cortina de humo denso se viene preparando desde hace mucho tiempo, para tapar la verdadera entrega de grandes extensiones de la patagonia a extranjeros como Benneton y Lewis, con sus riquezas naturales, botín enorme.
Para ello demonizar deliberadamente al pueblo mapuche ante la opinión pública es una tarea emprendida por el gobierno actual .
La reacción popular por la desaparición forzada de Santiago Maldonado desnuda de a poco la verdadera historia y sus personajes.
El gobierno macrista mediante el decreto 820/2016 alteró ilegalmente la Ley de Tierras Rurales, quitando restricciones a la compra de tierras por parte de extranjeros.
Aquí está el negocio, aquí está a la vista el saqueo de antes, ahora y el futuro, y los mapuches molestan reclamando sus derechos ancestrales sobre esas tierras.
No es de ahora la persecución y represión al pueblo mapuche...
Pero nos olvidamos de los pueblos originarios, y ahora desaparecido Santiago Maldonado en manos de la gendarmería, la realidad nos golpea. Para comprender debemos descorrer la espesa cortina de humo y mentiras de los representantes mediáticos, judiciales y políticos de un enorme poder económico, saqueador insaciable.
Se construye para el pueblo la pos-verdad, la grande e infame mentira, para hacer negocios.
Lo siguiente es una muestra.
fuente (http://elmalvinense.com/)
Por Víctor Eduardo Vital, Veterano de Guerra de Malvinas
Una de las organizaciones indigenistas mas importante y activa es la de los mapuches, cuya sede está en la Ciudad de Bristol, Inglaterra. La comisión directiva del comité exterior Mapuche está integrada por 17 miembros, donde figura un tal Reynaldo Mariqueo, supuestamente araucano y todos los demás apellidos son de origen anglosajón.
De hecho, mediante el Tratado Minero Argentino-Chileno (ley 25.243 del 23/03/2000) ya se creó un estado virtual en toda la Cordillera, definido como “Área de Operaciones”, gobernado por una Comisión Administradora –poder ejecutivo propio- financiado y dependiente de empresas mineras trasnacionales de la corona británica. A su vez, mediante un Reglamento Interno –una suerte de constitución- que ella misma se crea y modifica de acuerdo a las necesidades de las empresas, se desconocen las leyes tanto argentinas como las chilenas. En definitiva, ya es como si “fuese otro país”.
La trampa está en que cada vez que se necesita modificar el Tratado para adecuarse a las necesidades de las empresas, la Comisión Admistradora lo realiza mediante el Art 18, inc.b. "Desarrollar las acciones perinentes conducentes a la suscripción de los Protocolos Adicionales Específicos en los negocios mineros que así lo requieran". Y si esto no es suficiente, las empresas mineras operan a través del Art. 19, 20 y 21 que mediante Protocolos Adicionales se adicionan al Tratado. Por lo tanto en cuanto al texto de la ley, mediante estos artículos las empresas modifican y adecuan el Tratado a sus necesidades. Ya lo hicieron para garantizar poder llevar el agua de un país a otro.
Ellos se llevan el oro, la plata, el cobre, etc, se llevan todo sin pagar un peso, contaminando las aguas de los ríos y los glaciares Estas mineras están reemplazando al Estado Argentino, entregando dinero a municipios, universidades, tanto estatales como privadas, ONG, becan a alumnos, apoyan a mini emprendimientos regionales que están cerca de sus empresas con el propósito de comprar conciencias y crear dependencia.
Con la creación del Estado Mapuche perderíamos, no sólo el territorio y los minerales, que de hecho ya lo estamos perdiendo, sino el agua potable de los glaciares, las vertientes que nacen en las altas cumbres, y que en el futuro tendríamos que comprarles el agua que ahora es nuestra.
El uso del término “Mapuche” y las falsas reivindicaciones de estos, son maniobras disolventes y disgregantes hacia el Estado Argentino, porque todos los aborígenes tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones que cualquier habitante de la Nación Argentina.
Los araucanos hoy denominados “mapuches”, empezaron a llegar desde Chile en el sigloXVII, este proceso se conoce como Araucanización de la Pampa, fue una invasión cultural, acompañada de una invasión armada. En 1830 llega desde Chile el cacique Calfucurá, quien pidió una gran reunión de todos los caciques y pueblos indígenas de la región, la mayoría aceptaron, cuando esta se lleva a cabo, Calfucurá los embriaga y los asesina a todos!, llegando casi al exterminio de nuestros puelches, tehuelches, ranqueles, pampas y demás pueblos, quedando dueño absoluto de toda la región. Por todas estas artimañas se lo denominó “el Zorro del Desierto”.
Los araucanos contaban con fusiles Rémington que los ingleses les vendían del otro lado de la cordillera a cambio de yegüarizos, vacas y todas las cosas de valor que en sus malones podían robar. Ni Rosas, ni Roca, ni ningún historiador o autor clásico como Estanislao Zeballos, Lucio Mansilla y Manuel Prado, ¡jamás mencionaron al pueblo mapuche!, tampoco está escrito en los libros de historia de las provincias donde ellos azotaban, por lo tanto no son un pueblo originario de la Argentina.
¿Entonces por qué a los araucanos y demás pueblos indígenas, se lo quiere denominar mapuche? La razón es que quieren englobar a todos los pueblos aborígenes en uno solo, “los mapuches”, así poder abarcar más territorio para la supuesta nueva Nación Mapuche.
Esta es la historia del peligroso malón británico que actúa en las sombras, es un verdadero “British Malon”, un malón que nos quiere desintegrar y robar parte de nuestra Patria creando un estado dentro del Estado Argentino. ¿Cómo lo quieren crear? Presionando, extorsionando, comprando a nuestros gobernantes, nacionales y provinciales y a toda persona que se oponga a este siniestro plan. Este plan es que se viole constantemente la Constitución Nacional hasta que esta ya no tenga validez, destrucción de las fuerzas armadas para cuando ellos invadan no haya ningún foco de resistencia, fomentar la droga hasta que la delincuencia sea incontrolable, corrupción y caos generalizado, entonces será para ellos el momento oportuno para invadir nuestro país, por parte de la O.N.U u otra fuerza, para pacificar, ordenar, y así poder crear el Estado Mapuche, que será en realidad un Estado Inglés.
Es preciso comenzar a desbaratar este plan y mentira infame, llevada a cabo por estos políticos traidores, periodistas, profesores, catedráticos, todos bien pagos por el sistema, y poder aclarar a todas aquellas personas de buena voluntad que han sido engañados y que tiene el propósito de destruir la identidad nacional e integridad territorial de la Nación Argentina.
Aquí esta la lista de los Mapuches rubios que tiene su sede en la ciudad de Bristol (Inglaterra):
WWW,MAPUCHE-NATION.ORG
Reinaldo Maniqueo. Secretario General. Nina Dean. Asistente Secretario General Gerald Confer. Tesorero Colette Linehan. Administradora Madeline Stanley. Coordinadora de Voluntarios Equipo Legal
Andrea Rubio. (Licenciada en Derecho) James Watson, Nancy Gallou. Coordinadora de Grecia Coordinadores Unión Europea Bárbara Chambers.
Editora del sitio Sep MO¨F Traductores Madeline Stanley. Coordinadora
Katty Brickley, Kitty McCarthy, Heidi Walter Sabine, Patrolin Laetitia, Le Cordier
Anna Harvey, BarbaraChambers.
San Luis participa activamente en la creación del pretendido Estado Mapuche.
Lema de la provincia “San Luis otro País”.
Con la creación en el sur provincial del municipio del “Pueblo Nación Ranquel” (denominarlo Nación es gravísimo y se encuadra en la figura de Traición a la Patria) y al norte, mediante la expropiación de territorios, incluyendo el Parque Nacional las Quijadas para el supuesto Pueblo Huarpe, se crea un antecedente jurídico e institucional nacional para la creación y reconocimiento del pretendido estado mapuche ante los organismos internacionales.
Esta operación provincial mapuche es coordinada por el Vicegobernador Dr. Jorge Pellegrini, quien en la década del 80 realizó en la Provincia de Rió Negro la película Gerónima, donde se expone y promueve el resentimiento, la lucha y división, para reivindicar la creación del estado Mapuche.
Hace unos pocos años, el sociólogo y politólogo Carlos Escudé en presencia de más de dos mil docentes y del entonces Gobernador Adolfo Rodríguez Saá decía: “si la Nación Argentina es inviable, la Provincia de San Luis se podría anexar a la Republica de Chile, que es un país eficiente”, haciendo público los planes que los Rodríguez Saá motorizaban en las sombras y en silencio.
Con la creación de la central tecnológica de la Universidad de la Punta y la antena multifunción que se instalará para centralizar Internet, teléfonos, televisión aérea y por cable y la implementación obligatoria de la cédula digital provincial, el gobierno nuevamente hará punta a nivel nacional de los planes para el control social poblacional. La Central Tecnológica va a tener la información personal de cada habitante de la provincia.
Todo trámite necesitará de la cédula magnética, que será requisito obligatorio y donde figurará que tenga pagados todos los impuestos provinciales y municipales. A los trabajadores del Estado ya les vendrá descontado del sueldo. También se necesitará dicha cédula para inscribir a los niños en las escuelas, donde se le exigirá que los niños tengan aplicadas todas las vacunas. Aquí entra otro factor: los Laboratorios Puntanos, donde se crearán vacunas y remedios con sustancias nocivas para el ser humano, por ejemplo sustancias que dejen estéril a nuestros niños; estas políticas son financiadas por los países centrales para el control de natalidad y poblacional.
Trás la digitalización de la educación, se esconde el verdadero plan demoníaco de los Rodríguez Saá, que es dejar al docente como simple auxiliar de las computadoras, mientras que los valores, la currícula y la enseñanza de nuestros niños en manos de anónimos y digitales “especialistas” de esta contracultura perversa y materialista.
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