En estos caminos electrónicos viaja la rebeldía
que sueña y sueña ...
Y cuando el sueño es de muchos y se sueña juntos... es REALIDAD.
fragmento: declaración de principios de ALIA*

miércoles, enero 25, 2012

Fórum Social Temático 2012



A Secretaria de Comunicação Social da Presidência da República distribui hoje boletim especial sobre o Fórum Social Temático 2012, que acontece entre os dias 24 e 29 de janeiro em Porto Alegre, paralelamente ao Fórum Social Mundial. O material contém informações sobre as preparações para a Conferência Rio+20, que acontecerá em junho, além de entrevista com o ministro das Relações Exteriores Antonio Patriota e as principais iniciativas de desenvolvimento sustentável e  inclusão social do governo brasileiro.

Edições em inglês e espanhol estão disponíveis para o público internacional.

Para acessar a íntegra do boletim em português:

To read the English version:

Para acceder a la version en español:

Revolución Cultural de Nuestra América


Hacia la nueva Cultura (al menos) de la Unidad, del Humanismo, de la Democracia y de la Paz
Fernando Buen Abad Domínguez
Rebelión/Universidad de la Filosofía
También la fundación de la Comunidad de Estados Latino Americanos y Caribeños -CELAC[1]- renueva la esperanza de impulsar una gran Revolución Cultural que se impulse desde lo mejor que han logrado nuestros pueblos en centurias de luchas emancipadoras, en siglos de aprendizajes y como resultado de millones de experiencias teórico metodológicas. En un continente que ha sido sometido a barbaridades de todo género; en un continente que ha sido pisoteado por, casi, todos los imperios del planeta; en un continente extraordinariamente rico en materias primas, herencias culturales y diversidades identitarias… en un continente victimado, con toda impunidad, por la avaricia colonialista para esclavizar la conciencia y la mano de obra de sus pobladores, el desarrollo de una gran Revolución Cultural para la integración -desde las bases- no sólo parece una necesidad suprema, lógica y urgente… es especialmente un acto de justicia social de primer orden. Y no es que semejante Revolución no esté, a su modo y con sus limitaciones, en marcha. 
Claro que las Revoluciones no las hacen los “representantes”, las hacen los pueblos y si la CELAC consolida, como anhela, la integración de los pueblos, inexcusablemente debe ser motor que ayude a una Revolución Cultural continental para soñar, objetivamente, con cambios históricos verdaderos. “Si no cambiamos las ideas, no cambiamos nada”. Una Revolución Cultural de Nuestra América es, por necesidad, una Revolución económica, social y política. Revolución alfabetizadora, una Revolución ecológica, una Revolución educativa, una Revolución del hábitat, una revolución del trabajo… y, también, una revolución artística, científica, comunicacional y ético-moral, en suma una Revolución también de la producción de los Símbolos emancipadores…o será nada.
Contamos con las raíces, intactas, más hondas de los pueblos originarios que luchan por vivir en paz, con dignidad, respetados y hermanados con todo el mundo. Contamos con los avances científicos y técnicos que han logrado los trabajadores latinoamericanos en todos nuestros rincones. Contamos con la gran experiencia de Cuba en áreas neurálgicas para el cambio de las mentalidades y de las costumbres, contamos con la energía majestuosa del pueblo revolucionario de Venezuela y la entereza moral del pueblo ecuatoriano al lado de los ejemplos orientadores del pueblo boliviano. Contamos con la pujanza del pueblo argentino, con la valentía de los uruguayos, paraguayos, peruanos… contamos con una Centroamérica dispuesta a protagonizar un papel histórico dignificante y digno… contamos con México su resistencia, su creatividad y sus ansias de libertad revolucionaria… y contamos con el sueño de San Marín, de Juárez, de Hidalgo, de Simón Bolívar y de José Martí que, entre muchos otros luchadores, supieron que nuestro mejor camino es y será Unidos en una lucha única que es la misma siempre en el espacio y en el tiempo.
 No hay mucho que pensar, ni mucho que esperar. Hay que reunir fondos, definir organizadores provisionales, definir espacios y poner fechas para convocar a los movimientos sociales, a los obreros organizados dispuestos a transformar el mundo, a los trabajadores del arte y la cultura, a los intelectuales revolucionarios, a los estudiantes… a todos los que desde sus ideas y sus experiencias abonan, ya desde hace mucho tiempo, la experiencia de sus derrotas y sus triunfos para amalgamar una fuerza de unidad continental por una Cultura de la Unidad emancipadora que garantice las bases del Hombre Nuevo pensando en el mundo nuevo. ¿Es, acaso, mucho pedir? ¿Es eso quizá, demasiado ambicioso? ¿Es, semejante Revolución, un imposible? Seamos realistas… “…uno de los propósitos fundamentales de la Revolución es desarrollar el arte y la cultura, precisamente para que el arte y la cultura lleguen a ser un verdadero patrimonio del pueblo.  Y al igual que nosotros hemos querido para el pueblo una vida mejor en el orden material, queremos para el pueblo una vida mejor también en el orden espiritual, queremos para el pueblo una vida mejor en el orden cultural.  Y lo mismo que la Revolución se preocupa del desarrollo de las condiciones y de las fuerzas que permitan al pueblo la satisfacción de todas sus necesidades materiales, nosotros queremos desarrollar también las condiciones que permitan al pueblo la satisfacción de todas sus necesidades culturales.”[2] Fidel Casto
            Si el mundo se estremece por la crisis prolongada del capitalismo, que en su agonía depreda y mata todo a su paso, si especialmente Nuestra América ha sido traspatio donde el imperialismo ha practicado todas sus monstruosidades que incluyen la lista los estragos terribles causados por la ideología de la clase dominante… no vamos silenciarnos. No permaneceremos callados, y menos hoy cuando la guerra psicológica permanente, que el capitalismo despliega con sus máquinas de guerra ideológica, (radiales, televisivas, impresas, digitales…) se ha traducido en golpes de estado, magnicidios y genocidios. No vamos a enmudecer ante la presión cotidiana del consumismo enfebrecido, no seremos indiferentes ante la intoxicación de los pueblos con la mentalidad individualista burguesa. No vamos a evadir nuestra responsabilidad crítica ante la manipulación de los gustos, de los valores bajo las manías capitalistas disfrazadas de “entretenimiento”, noticieros, diversiones, juguetes, juegos… incluso disfrazadas de escuelas, institutos y universidades, todo ello ofensiva servil a la lógica del imperio para saquear y esclavizar recursos naturales, mano de obra y conciencia de los pueblos. No podemos permitir que, en uno de los foros que de mejor manera ha mostrado el poderío de los pueblos cuando construyen su soberanía, tal soberanía no se convierta en una Gran Revolución de la Conciencia… una Revolución Cultural Continental. ¿Quién mejor si no la CELAC para ayudar?
            Desde luego que una Revolución Cultural no puede, ni debe, fabricar “cambios exprés”, sólo de maquillaje y mucho menos reformistas. No debe sucumbir al viejo ardid de insuflar nuevos burocratismos y mucho menos privilegiar sectarismos de iluminados, coleccionistas de becas, sueldos, prebendas o canonjías. De esas “Revoluciones” ya hemos tenido ejemplos de sobra, pero las malas experiencias no son razón para abandonar la construcción de lo nuevo. Esta vez podemos garantizar una Revolución democrática en serio y una Revolución desde abajo y sin secuestros de élites.     Suponer que la CELAC deba cumplir su papel impulsor de una Revolución Cultural es obra de una deducción simple derivada de los principios declarados por el propio organismo multinacional, pero mejor que eso, es deducción obligada por las condiciones objetivas reinantes en Nuestra América y del hecho central de que tanto CELAC, como toda otra organización de su género, son herramientas que deben servir a la resolución de los problemas sociales en el corto en el mediano y en el largo plazo. Y eso no lo olvidaremos a pesar, o precisamente, por las experiencias amargas en organizaciones que se convirtieron en herramientas serviles a todo lo contrario del interés social. Es verdad que una Revolución Cultural no se garantiza con más burocracia, de lo que se trata es que, también, la Revolución Cultural combata al burocratismo.
            Una Revolución Cultural es un programa de corto y de largo alcance. Sus acciones y sus efectos deben ser planeados y medidos con herramientas (de la calidad y de la cantidad) en hechos que se ensanchan y profundizan de manera desigual y combinada. Por ejemplo, un movimiento cultural revolucionario alfabetizador, repercutirá en las acciones revolucionarias editoriales y en los grandes cambios educativos que seamos capaces de ganar luego de derrotar las corrientes ideológicas más perniciosas que transitan, latentes y patentes, en muchas aulas, libros y cátedras. Por ejemplo desterrar para siempre el tráfico ideológico más pernicioso del empirismo del criticismo mutli-denunciados, al menos, desde Lenin y hasta el presente. Una Revolución Cultural no es un proyecto para “resultados rápidos” redituables en episodios oportunistas, debe ser una batalla de largo aliento, con objetivos minuciosos y mirada profunda, radical. Se trata de limpiar nuestras vidas en lo general y en lo particular, con esmero amoroso, de los venenos ideológicos que el capitalismo ha sembrado en cabezas y corazones. Se trata de desactivar, en su totalidad, el arsenal alienante fabricado por la burguesía para esclavizar gustos, conciencias y conductas del proletariado mundial. Eso sólo lo lograremos entre todos los que estén dispuestos a luchar denodada y creativamente. Nada mejor para la CELAC. ¿O no?
            Es verdad que algunos no estarán de acuerdo, que la sola idea de una Revolución Cultural nuestro americana les repugne, pero la realidad es mucho más poderosa que los gustos de unos cuantos. Las necesidades y exigencias del continente no pueden detenerse a las puertas de sus antojos. Semejante Revolución no es una “novedad” ni un antojo de diletantes. Se trata de un reclamo histórico que ha pasado por la cabeza de muchos que ejercen, como pueden, su derecho a soñar con la emancipación en todas sus categorías y sin necesidad de pedir permiso a ninguna “torre de marfil” y sin pasar por “besamanos” alguno.
            De todas las maneras imaginables la historia, que es la historia de la lucha de clases, nos contempla con su mirada crítica. Acaso lo más imperdonable ante sus ojos sea cierta manía inefable de desperdiciar las oportunidades que nos ofrece y, con esa manía, dejar que sobrevivan las calamidades más atroces. Ante eso la historia no nos absolverá, lo sabemos muy bien. Otra cosa es inventar excusas a granel, algunos cobran sueldos jugosos por eso.
Pero la realidad es inclemente y nos impone desafíos emancipadores ante los que más nos vale no perder la cabeza. Si ya tenemos Prensa Latina, Casa de las Américas, TELESUR, Radio del Sur, Correo de Orinoco… metodología revolucionaria para la alfabetización, programas para revolucionar los hábitos alimentarios, programas de capacitación laboral revolucionarios, conciencia sobre la importancia de reapropiarnos de bancos, tierras, industrias, escuelas... si ya tenemos conciencia sobre la etapa nueva que vive el continente, si tenemos una juventud dispuesta a impulsar los grandes cambios, si hay una clase trabajadora que avanza en la conciencia de su papel histórico como sepulturera del capitalismo… ¿Qué falta para ordenarnos y parir la Gran Revolución Cultural de Nuestra América? Una gran Revolución Cultural continental bien pudiera nacer, en lo inmediato, si uniendo fuerzas y talentos damos un paso adelante y probamos la experiencia de un frente único contra la ideología de la clase dominante, si envainamos los egos y las mezquindades y si nos damos la oportunidad de exigir, unidos como propuso Marx, lo que necesitamos para todos...para pertenecernos nosotros mismos. Con la conciencia emancipada para comenzar el futro en el presente. ¿Es mucho pedir?
Dr. Fernando Buen Abad Domínguez
Universidad de la Filosofía

"Cuando me empiece a quedar solo"

 de Charly Garcia, cantado en vivo por Mercedes Sosa en el 7º Encuentro Músicas de Provincia - Oct 2006

martes, enero 24, 2012

Caminata da inicio a Foro Social Temático en Brasil

Brasilia, 24 ene (PL) Con una caminata de cinco kilómetros por las principales calles de Porto Alegre, capital del estado brasileño de Río Grande do Sul, comienza hoy el Foro Social Temático (FST), evento vinculado al Foro Social Mundial (FSM).

  Creado en 2001 como alternativa al Foro Económico de Davos, el FST-2012 analizará la actual crisis financiera internacional y del capitalismo en general y abordará propuestas y retos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Río+20, a realizarse en Brasil en junio venidero.

Bajo el título Crisis capitalista, Justicia social y ambiental, los activistas y organizadores persiguen que el Foro de Porto Alegre y otros 25 a realizarse en varias partes del mundo sirvan de preámbulo a la Cumbre de los Pueblos, una cita de movimientos sociales de todo el mundo que se efectuará de manera paralela a Río+20.

El medio de prensa público Agencia Brasil señala que los organizadores del FST calculan que desde hoy y hasta el domingo 29, fecha final del encuentro, unas 30 mil personas asistan a las mil actividades programas para desarrollarse en Porto Alegre y otras cuatro ciudades gauchas: Gravatí, Canoas, Sao Leopoldo y Novo Hamburgo.

La agenda de la cita incluye desde debates sobre la crisis del capitalismo, el desarrollo sostenible, el cambio climático, la democratización de la información y de los medios de prensa, la presentación de libros, exposiciones, talleres y expectáculos artísticos hasta clases de biodanza y teatro de muñecos. El sociólogo portugués Boaventura Sousa Santos, quien ha asistido a todos los encuentros promovidos por el FSM desde 2001, expresó su expectativa de que las discusiones vayan más allá de la simple idea de la economía verde y abra espacio para modelos no capitalistas como la economía solidaria.

Tenemos hoy movimientos de mujeres en todo el continente y en todo el mundo, tenemos la Vía Campesina, tenemos movimientos indígenas más articulados", señaló y agregó que "el FSM colocó a América Latina en el camino de las soluciones y no de los problemas", de acuerdo con la agencia Brasil.

La presidenta Dilma Rousseff debe participar el jueves venidero en un diálogo con la sociedad civil, mientras siete de sus ministros asistirán a otros eventos programados a lo largo de esta semana, según la fuente.

msl/ale

MEMORIA: ¿Quién fue Bernardo Grinspun?


¿Grinspun fue un accidente?


Por  Fernando Alfredo Cantero *
fuente Página|12
El 22 de diciembre fui a la presentación del libro El accidente Grinspun, de Néstor Restivo y Horacio Rovelli. Mis encuentros con Bernardo fueron muy breves. Se reducen a un acto que organizó “El radicalismo que no baja las banderas” –en el cual milito– a mediados de octubre de 1995. Grata fue nuestra sorpresa cuando detectamos entre los espectadores la presencia de Grinspun. Nuestra reacción fue invitarlo a ser parte del panel. A fines de ese año se renovó la convención nacional de la UCR, coincidiendo que él fuera elegido convencional nacional por la provincia de Buenos Aires y yo por la Capital Federal. Se prenunciaba una dura discusión política y económica.
Por la provincia de Buenos Aires también había sido elegido Ricardo López Murphy, que era en materia económica lo contrario al pensamiento de Bernardo. Para el inicio de la convención, Bernardo presentó proyectos de política y economía, los cuales fueron acompañados por Enrique Maldonado y por mí. La elección de autoridades de la convención fue muy problemática. Bernardo se abstuvo y quedó muy contrariado por las formas que definieron la conducción. La Convención pasó a cuarto intermedio para octubre de 1996 en Mendoza. Bernardo había fallecido y nos quedó como herencia la tarea de defender su documento de economía contra la expresión neoliberal que encarnaba López Murphy y la mayoría de los convencionales. Pero el núcleo de esta nota radica en una discusión que se entabló relacionada a discernir si Bernardo fue o no un accidente en el radicalismo por la posición que sustentaba.
Bien dice su hijo Gustavo que su padre es un emergente del movimiento de Intransigencia y Renovación y de la doctrina que surge del documento de Avellaneda. La Intransigencia como conducta política y estrategia, en el radicalismo, no sólo fue la defensa de la política yrigoyenista ante el avance antipersonalista, sino que además dio hombres como Sabbatini, Antonio Sobral, Crisólogo Larralde y Moisés Lebensohn. También de esa expresión surgieron Ramón Carrillo y Arturo Sampay. La intransigencia radical no formó parte de la primera Coalición Cívica, de corte conservador-republicano, la otrora Unión Democrática (recordemos que Tamborini cuando era presidente del bloque antipersonalista trataba de genuflexos a los yrigoyenistas).
Bernardo fue miembro del gobierno de Illia, el cual tuvo un vicio de origen, la proscripción del peronismo, pero que llevó adelante políticas planificadas que hicieron crecer a la Argentina a tasas mayores al 8 por ciento, apostaron al mercado interno y afianzaron la industrialización prosiguiendo con muchos programas iniciados por el gobierno peronista. La caída del gobierno de Illia no se debió sólo al enfrentamiento a las petroleras y a la industria farmacéutica sino a que en el orden político quería levantar la proscripción al peronismo. A la caída de don Arturo, Bernardo y un grupo de amigos como Germán López y Roque Carranza, entre otros, conforman el Movimiento de Renovación y Cambio que en su declaración de Rosario guarda el espíritu de la intransigencia radical.
Ese Bernardo que ocupara el Ministerio de Economía a partir de la recuperación de la democracia enfrentó a la patria financiera, a los grupos concentrados de la economía, como así también a los organismos financieros internacionales. En sus 435 días de duración defendió el mercado interno, el salario de los trabajadores, trató de dilucidar entre la deuda legítima e ilegítima. Esos 435 días coinciden con un gobierno presidido por Raúl Alfonsín que lleva adelante la conformación de la Conadep, del grupo de contadora y el intento de formar un Club de deudores latinoamericanos. De este partido, de la declaración de Avellaneda del MRyC y del primer año y medio del gobierno de Alfonsín fue un emergente natural Bernardo Grinspun. De lo que siguió después, plan Houston, plan austral, obediencia debida y punto final, políticas que se van gestando con el avance de la Junta Coordinadora Nacional encabezada por Enrique “Coti” Nosiglia y Jesús Rodríguez, que transforman al gobierno popular en lo que citan los autores del libro, donde Marcelo Stubrin manifiesta: “Somos el gobierno de lo posible”.
Ese posibilismo que terminó con un gobierno popular en brazos del Grupo de los 9 y de los capitanes de la industria y banqueros (pacto que gestó Dante Caputo emulando una salida a la japonesa). Esos mismos industriales y banqueros llevan adelante el 6 de febrero de 1989 un golpe de mercado que hace entregar el gobierno en forma abrupta y anticipada. Ese partido siguió con la teoría del posibilismo arrastrándose al pacto de Olivos y apoyando a un hombre como de la Rúa a la presidencia de la República. Y en la ultima elección realizaron un frente con un empresario que en 2003 sostuvo económicamente la candidatura de Carlos Menem. Para estos últimos Bernardo fue un accidente y bastante molesto. Más allá de los relatos y circunstancias, la política económica llevada en su fugaz paso por el Ministerio de Economía tiene más que ver con la política económica llevada adelante desde el 25 de mayo de 2003 hasta nuestros días
* Ex diputado nacional, ex legislador porteño por la UCR.

lunes, enero 23, 2012

Anonymous subió a la web el catálogo completo de Sony Music

16:52 › CONTRA LA LEY SOPA
Fuente: Página |12 - ARG
foto archivo
El grupo, que continúa su campaña contra la ley antipiratería digital, puso a disposición de los usuarios, en orden alfabético, un listado de enlaces (a través de programas de intercambio de archivos o P2P) para que los internautas puedan bajarse la discografía completa de la compañía japonesa, así como películas estrenadas entre 2000 y 2011.

Las canciones de AC/DC, Oasis, Jimi Hendrix, Paul Simon, Bruce Springsteen, Bob Dylan, Madonna y Justin Timberlake, entre otros están expuestas a través de ese índice de enlaces. Además, los hackers acompañan este ataque con una campaña llamado Black March en la que se anima a los internautas a "golpear los márgenes de beneficio" de la industria cultural boicoteando durante todo el mes el consumo de este tipo de contenidos.
Mientras tanto, el principal directivo del banco de datos digital de MegaUpload, Kim Schmitz, y tres directivos del portal de descargas intervenido por el FBI por supuesta piratería informática, se sentaron en el banquillo de un tribunal neozelandés tras permanecer tres días en prisión preventiva, y solicitaron que se les conceda la liberta bajo fianza, a lo que el fiscal objetó que había riesgo de huída, especialmente en el caso de Schmitz, y el juez anunció que tomará una decisión mañana o pasado.
Por su parte en la Argentina, Anonymous atacó la página de la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF), que aparece cubierta por una imagen de Mafalda que dice "No a la SOPA" (Stop Online Piracy Act), que junto con "PIPA" (Protect Intelectual Property Act) establecen mecanismos de control sobre los contenidos en Internet, en nombre de perseguir la piratería en la red.


Leonardo Boff: Todo comenzó en Grecia.


 ¿Acabará todo en Grecia?

2012-01-20


Nuestra civilización occidental, hoy mundializada, tiene su origen histórico en la Grecia del siglo VI antes de nuestra era. El mundo del mito y de la religión, que era el eje organizador de la sociedad, se desmoronó. 
 Para poner orden en aquel momento crítico se llevó a cabo, en un lapso de poco más de 50 años, una de las mayores creaciones intelectuales de la humanidad. Surgió la era de la razón crítica, que se expresó por la filosofía, por la democracia, por el teatro, por la poesía y por la estética. 
Figuras paradigmáticas fueron Sócrates, Platón, Aristóteles y los sofistas, que gestaron la arquitectura del saber, subyacente a nuestro paradigma de civilización; fue Pericles, como gobernante al frente de la democracia; fue Fidias, el de la estética elegante; fueron los grandes autores de las tragedias como Sófocles, Eurípides y Esquilo; fueron los juegos olímpicos y otras manifestaciones culturales que aquí no cabe referir.


El nuevo paradigma se caracteriza por el predominio de la razón que deja atrás la percepción del Todo, el sentido de la unidad de la realidad que caracterizaba a los pensadores llamados presocráticos, los portadores del pensamiento originario. 
En este momento se introducen los famosos dualismos: mundo-Dios, hombre-naturaleza, razón-sensibilidad, teoría-practica. La razón creó la metafísica, que en la comprensión de Heidegger have objeto de todo y se instaura como instancia de poder sobre ese objeto. El ser humano deja de sentirse parte de la naturaleza para situarse frente a ella y someterla al proyecto de su voluntad.


Este paradigma alcanzó su expresión más acabada mil años después, en el siglo XVI, con los fundadores del paradigma moderno, Descartes, Newton, Bacon y otros. Con ellos se consagró la cosmovisión mecanicista y dualista: la naturaleza por un lado y el ser humano por otro, enfrente y encima de ella como su “maestro y dueño” (Descartes), corona de la creación en función del cual existe todo. 
Se elaboró el ideal del progreso ilimitado, que supone la dominación de la naturaleza, en el supuesto de que ese progreso podría avanzar infinitamente hacia el futuro. En los últimos decenios la codicia de acumular ha transformado todo en mercancía a ser negociada y consumida. Hemos olvidado que los bienes y servicios de la naturaleza son para todos y no pueden ser apropiación de algunos solamente.


Después de cuatro siglos de vigencia de esta metafísica, es decir, de este modo de ser y de ver, verificamos que la naturaleza ha tenido que pagar un alto precio para costear este modelo de crecimiento/desarrollo. 
Ahora estamos tocando los límites de sus posibilidades. 
La civilización científico-técnica ha llegado a un punto en el que ella misma puede causar su propio fin, degradar profundamente la naturaleza, eliminar gran parte del sistema-vida y, eventualmente, erradicar la especie humana. Sería la realización de un armagedón ecológico-social.
Todo empezó en Grecia have milenios. Y ahora todo parece terminar en Grecia, una de las primeras víctimas del horror económico, cuyos banqueros, para salvar sus ganancias, han empujado a toda una sociedad a la desesperación. 
Ésta ha llegado a Irlanda, a Portugal, a Italia, pudiendo extenderse a España y a Francia, y quizás a todo el sistema mundial.
Estamos asistiendo a la agonía de un paradigma milenario que aparentemente está terminando su trayectoria histórica. 
Puede demorarlo todavía decenas de años, como un moribundo que resiste, pero el fin es previsible. Con sus recursos internos no tiene condiciones de reproducirse. 


Tenemos que encontrar otro tipo de relación con la naturaleza, otra forma de producir y de consumir, desarrollando un sentido general de dependencia ante la comunidad de vida y de responsabilidad colectiva por nuestro futuro común. 
De no iniciar esta conversión, dictaremos para nosotros mismos la sentencia de desaparición. 


O nos transformamos o desapareceremos.


Hago mías las palabras de Celso Furtado, economista-pensador: «La gente de mi generación ha demostrado que está al alcance del ingenio humano conducir a la humanidad al suicidio. Espero que la nueva generación compruebe que también está al alcance del ser humano abrir camino de acceso a un mundo en el que prevalezcan la compasión, la felicidad, la belleza y la solidaridad». Siempre y cuando cambiemos de paradigma.


La Foto de Hoy


EDUARDO GALEANO EN CUBA


fuente: La Jiribilla
Nueva fe de erratas
Yinett Polanco • La Habana
Fotos: Abel, Archivo de Casa de las Américas y R. A. Hdez. (La Jiribilla)
Donde decía lejos, volvió a decir cerca. Y Galeano regresó a La Habana, a encontrarse con sus amigos, en su casa de siempre, su Casa de las Américas. Apenas pisó el suelo del aeropuerto comentó: “Estoy muy contento de volver a la Casa y a Cuba.
 A la Casa de las Américas que es mi casa, y a Cuba porque, aunque hace años que no vengo, siento como que vuelvo sin haberme ido. 
Cuba siguió siempre viva dentro de mí, en mis palabras, en mis actos y en mi memoria: todo lo que de aquí recibí, en una relación en la que yo jamás oculté ninguna de mis discrepancias o mis dudas; pero tampoco oculté mi admiración por esta Revolución que es un ejemplo de dignidad nacional, en un mundo donde el patriotismo es el obligado privilegio de los países ricos y poderosos, pero negado a los pequeños y pobres. 
No conocí en mi vida otro país tan solidario como este, ninguna Revolución tan ofrecida a los demás como ha sido y es la Revolución Cubana”.
Con el tiempo, nuevos hogares le han nacido en la Isla a Eduardo. Se llegó también hasta esa casa de las primeras décadas del siglo XX donde un amigo de igual nombre, Heras León, enseña técnicas narrativas a quienes pretenden recorrer el arduo camino del escritor. Jóvenes ávidos de literatura le escucharon hablar en el Centro Onelio Jorge Cardoso del compromiso personal con la historia, con la escritura.
Salió a andar La Habana, la misma que le inspirara aquella crónica de El libro de los abrazos, donde un conductor enamorado abandona su guagua por una mujer y los pasajeros van conduciéndola, por tramos, hasta llegar al final del recorrido. A La Habana Vieja se fue entonces, porque recorrerla “es un placer aparte. Ya lo había hecho antes, en compañía de Eusebio, ‘El Creador’ y esta vez pude confirmar que se merece un capítulo del Génesis para sustituir al de la Biblia, porque Dios hizo al mundo en una semana, pero este en pocos años ha hecho La Habana Vieja, que no es ‘moco de pavo’. Se merece un texto sagrado que reconozca la labor creadora de ese loco lindo que con tropical locura ha hecho el hermosísimo barrio de La Habana, que parecía condenada a la ruina, y que él la levantó y con ese impulso creador que tiene logró multiplicarla, descubriendo la energía que yo no sabía que contenía”.
Regresó a la Casa de las Américas, donde antes estuvieron Haydée Santamaría y Mariano Rodríguez y hoy lo recibía Roberto Fernández Retamar. Inauguró el Premio Literario del que en otras ocasiones fue jurado, y premiado, él mismo: “la Casa de las Américas, nacida de la Revolución Cubana, lleva más de medio siglo ayudándonos a vernos con nuestros propios ojos, desde abajo y desde adentro, y no con las miradas que desde arriba y desde afuera nos han humillado desde siempre”.

Junto con Haydée Santamaría, Premio Casa 1970
Volvió al día siguiente. Y su lectura detuvo el tiempo, y desbordó los espacios de la sala Che Guevara, la Manuel Galich, la esquina de G y 3ra. No solo les habló a los lectores de su generación, también les resulta cercano a los jóvenes, que fueron a mirarse en sus Espejos, a reconocerse como Los hijos de los días. “Y los días se echaron a caminar, y nos hicieron a nosotros, que así fuimos nacidos, nosotros, los hijos de los días, los averiguadores, los buscadores de la vida”.
Galeano regresó a Cuba. Y los cubanos le hemos abrazado.

domingo, enero 22, 2012

Entrevista a Camila Vallejo, LÍDER DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE CHILE

por ROCÍO MONTES ROJAS

"Me gustan Evo Morales y Correa"

"Estoy cansada física y mentalmente. Siento una carga muy grande. La gente quiere que tenga respuesta para todo y tienen la expectativa de que voy a cambiar Chile, yo sola. En la calle me gritan: '¡Los apoyamos, no nos abandonen!'. Pero la responsabilidad, chucha, es de todos. Yo soy solo una joven de 23 años...".

"Trabajamos mucho, somos esclavos de las deudas, hemos acumulado frustraciones"
"La vía armada está descartada. La tensión actual es neoliberalismo contra democracia"
"El desarrollo de los países del Norte se produce gracias al subdesarrollo del Sur"
"No haría campaña por Michelle Bachelet ni llamaría a los jóvenes a votar por ella"
Cuando Camila Antonia Amaranta Vallejo Dowling intenta volver a ser la veinteañera desconocida de hace un año, apaga su móvil destartalado y se traslada a una casa del Cajón del Maipo, una localidad en la precordillera, a unos 52 kilómetros de Santiago. Fue lo que hizo el 31 de diciembre junto a un pequeño grupo de amigos para pasar la Nochevieja. El Partido Comunista, donde milita desde los 19 años, ofreció al día siguiente el tradicional caldillo de congrio con el que festeja la llegada del Año Nuevo junto a la prensa. Pero la icónica dirigente universitaria, protagonista del movimiento estudiantil chileno, amante del rock clásico y la bossa nova, del hip-hop y la cumbia, no acudió a la celebración.
En diversos lugares del planeta la han descrito como la joven y bella revolucionaria que ha cambiado la topografía del debate político y social chileno en tan solo nueve meses. La estudiante de Geografía ha sido comparada con el Che Guevara y La Pasionaria. Ha recibido hasta treinta peticiones diarias de entrevistas. Un jubilado de la ciudad de Valparaíso se tatuó su rostro en el brazo. Un cantante alemán le compuso una canción que subió a YouTube. Pero, sin contabilizar la fama que la precede, y su belleza alabada por hombres y mujeres, Camila Vallejo parece ser una joven normal que se apasiona e indigna por los mismos motivos que la mayor parte de su generación.
La entrevista se realiza en la sede de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), de la que ella es vicepresidenta. Es una casona grande y antigua, ubicada en el centro de Santiago, donde en los años setenta funcionó el cuartel general de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía política de la dictadura de Pinochet. En el cuartel tenía su oficina Manuel Contreras, condenado a presidio perpetuo por crímenes de lesa humanidad. Camila Vallejo no recuerda nada de esos años. El 11 de marzo de 1990, el día que terminó el Gobierno de Pinochet, ella tenía un año y nueve meses.

Pregunta. ¿Qué le evoca la palabra dictadura si no la vivió?
Respuesta. La imagen que me he construido a partir de los relatos es la del temor constante. Dormir con ropa por el miedo a que te vinieran a buscar por la noche, los disparos en las poblaciones, las reuniones clandestinas. Finalmente, la generación que vivió a flor de piel ese periodo quedó traumatizada, producto de esa represión. Y por esta razón, ya llegada la democracia, comenzó a reinar el individualismo y la idea de que es mejor no meterse en política, porque no siempre las cosas terminan bien.
P. ¿Qué diferencia a su generación de la de sus padres?
R. Nuestra generación no tiene temor. Y por eso, a diferencia de nuestros padres, no nos cuesta denunciar que en Chile hay abuso, represión, que los empresarios están robando y que los políticos muchas veces son unos sinvergüenzas.
Chile ha cambiado bruscamente en los últimos meses. El descontento que la población acumulaba desde hace años ha tomado forma de protestas, huelgas y cacerolazos. Los jóvenes salieron a la calle para exigir educación pública gratuita y de calidad. El conflicto desbordó al Gobierno del presidente Sebastián Piñera. Fue perdiendo poco a poco popularidad, hasta llegar a un 23% a finales de 2011. El centro izquierda, que estuvo en La Moneda durante 20 años, quedó paralizado. Camila Vallejo se transformó en el principal rostro de la metamorfosis. Blindada por un grupo de guardaespaldas, la universitaria de ojos claros y piercing en la nariz encabezó cientos de marchas.
La indignación chilena no es fruto de una crisis económica. Este país crece a un ritmo del 6%. La pobreza pasó de un 45% a un 15% entre 1987 y 2009. Sin embargo, el 10% de los chilenos más ricos gana 27 veces más que el 10% más pobre, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). "Hay profundas inequidades sociales, poca democracia y un nivel intolerable de abusos", dice Camila Vallejo mientras revuelve lentamente una taza de café.
"Trabajamos muchas horas al día, somos esclavos de las deudas, nos estafan en las cuentas de luz y de agua y, como no tenemos tiempo para el ocio, tampoco reclamamos por las cosas que nos parecen justas. Hemos acumulado frustración y descontento. Todo eso fue lo que estalló en 2011. Chile despertó y nosotros estamos aquí para cuestionar, combatir y no seguir reproduciendo el sistema", explica.
P. Chile es uno de los pocos países del mundo donde no es legal el aborto terapéutico. ¿Cree que es justo que en el extranjero se le retrate como uno de los más conservadores de Latinoamérica?
R. Es contradictorio, porque si bien somos el país más neoliberal del mundo, en Chile existe mucho conservadurismo en los valores, tanto en la derecha como en el centro y la izquierda política.
P. ¿A qué se refiere?
R. Nos falta avanzar con respecto a los derechos de las minorías sexuales. Estoy de acuerdo con el aborto en varias circunstancias. Primero es necesario respetar la autodeterminación de la mujer, antes de traer al mundo a alguien que no va a ser compatible con la vida que quiere su madre. Hoy en día, las que tienen plata lo hacen y, finalmente, es una libertad que está condicionada a tu capacidad de pago. También estoy a favor de la despenalización de la marihuana, porque cuando se legaliza existe la posibilidad de controlar el narcotráfico.
De acuerdo con una encuesta reciente, el 39% de la población dice estar "muy indignada". Una de las teorías que se han levantado en este país para explicar el descontento es la irrupción de la clase media que dejó la pobreza en las últimas dos décadas. Los Gobiernos de la Concertación prometieron que la forma más eficiente de resolver los problemas de inequidad era a través de la educación. El modelo instalado en el Gobierno de Pinochet, sin embargo, no cambió sustancialmente y los resultados siguieron siendo mediocres y desiguales. La gente se hartó y estalló el conflicto social. La familia Vallejo Dowling pertenece a ese grupo.
"A mi edad mis padres eran pobres, supervivientes. Cuando se conocieron en el mundo del teatro tenían que vender empanadas para vivir. Militaban en el Partido Comunista, pero no eran dirigentes", relata la universitaria. Aunque ella ahora vive en un piso que arrienda en el centro de Santiago, fue criada en la comuna de La Florida en el sur de Santiago. Es una zona de clase media donde, sin embargo, hay chabolas que conviven con modernos centros comerciales y autopistas. Fue el escenario donde Camila Vallejo comenzó a "indignarse con la situación chilena". Y cuando entró a la Universidad de Chile, la pública más importante del país, comenzó a militar en el Partido Comunista.
P. A diferencia de lo que ocurre en la actualidad, donde los comunistas están en el Congreso, durante la dictadura el partido tomó la vía armada.
R. El pueblo tiene derecho a combatir en masa la violencia estructural que existe en la sociedad. Y nosotros nunca hemos descartado la posibilidad de la vía armada, siempre y cuando estén las condiciones. Sin embargo, en este momento, ese camino está totalmente descartado, porque la tensión que hoy día existe es neoliberalismo versus democracia.
Aunque ella no lo reconozca, en ocasiones ha sido una militante algo indisciplinada. Tras la muerte de Kim Jong Il, por ejemplo, criticó públicamente la decisión de su partido de enviar condolencias formales al Gobierno de Corea del Norte.
P. Pero nunca ha hecho reproches a Cuba, donde estuvo en 2009 al conmemorarse los 50 años de la revolución.
R. No es comparable. Cuba no es el mejor modelo de democracia que uno pueda reconocer mundialmente, pero se han logrado muchos avances que en Chile, por ejemplo, no hemos logrado. Siempre hay sectores reaccionarios que porfiadamente defienden las libertades individuales sobre los derechos universales. Los chilenos resguardan la libertad de empresa sobre el derecho a la educación. De cualquier forma no creo que sea el momento de debatirlo, porque tampoco manejo muchos elementos.
Además de indignados, los chilenos no confían en sus instituciones. Una encuesta reciente revela que todas han perdido respaldo ciudadano: las Fuerzas Armadas, la Iglesia católica, los medios de comunicación, el Gobierno, las empresas privadas, la Justicia, el Congreso y los partidos políticos, que hoy por hoy son los más desprestigiados. Solo un 16% de los chilenos, de hecho, cree que la democracia en este país funciona bien.
P. Es la cuarta figura política mejor valorada en Chile y ya se señala que será candidata a diputada.
R. Esto no se resuelve con que yo sea candidata, da igual. El verdadero desafío es que debe haber gente dispuesta a cambiar la correlación de fuerzas en los espacios donde se toman las decisiones. Si no nos gusta cómo funcionan las cosas, tenemos que hacernos cargo. Debemos disputar el Parlamento para que sea realmente representativo y no esté ocupado por burócratas.
P. El 26 de enero estará en Berlín y el 2 de febrero llegará a Italia. ¿Qué piensa de Europa?
R. Pienso que el desarrollo de los países del Norte se produce gracias al subdesarrollo de los países del Sur. Europa, por una parte, y Latinoamérica, Asia y África, por otra. Siempre tiene que haber sitios saqueados para que otros disfruten del placer de los excesos. Los europeos fueron parte del proceso de colonización que arrasó con nuestros pueblos originarios. La aplastaron, masacraron, esclavizaron...
P. ¿Genocidio?
R. Es que es un hecho probado que hubo genocidio en Latinoamérica. Aquí se eliminó con la espada y con la cruz. Y también se explotó la naturaleza, nuestros recursos naturales. Y los siguen extrayendo como sanguijuelas. Las multinacionales, ¿de dónde vienen? De España, de Estados Unidos...
P. ¿Qué tipo de izquierda latinoamericana la identifica? ¿La de Dilma Rousseff, Hugo Chávez, Cristina Fernández o Fidel Castro?
R. De todas hay que sacar elementos, porque tienen sus particularidades según su desarrollo histórico y realidad política. Pero me gusta mucho lo que está haciendo Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y José Mujica en Uruguay.
P. ¿Haría campaña por una eventual reelección de la expresidenta chilena Michelle Bachelet, dado que el Partido Comunista podría hacer una alianza con la Concertación?
R. Jamás estaría dispuesta a hacer campaña por Bachelet ni a llamar a los jóvenes a votar por ella. Nadie me asegura que su programa sea representativo de las ideas que el movimiento estudiantil ha planteado. Y yo no recibo órdenes del partido. Todo pasa, finalmente, por una decisión personal. A mí nadie me va a obligar.
P. ¿Cómo va a evolucionar el movimiento estudiantil en Chile?
R. Este movimiento es el puntapié inicial de un proceso social por el cual seguiremos trabajando. Queremos conseguir reformas estructurales en el sistema educativo, pero también la construcción de un país con mayores derechos y garantías por parte del Estado. La extinción del movimiento estudiantil no es una posibilidad.

Más que mil palabras...(de un periodista a un fotógrafo)


Por Dante López Foresi (a modo de homenaje a José Luis Cabezas)
(Diario EL VIGÍA- 21/01/12) - En épocas en la que grupos de intelectuales y comunicadores se aglutinan detrás de pomposas denominaciones, intentando abrirse paso en estudios de televisión, en ciertos casos quizás con más afán de trascendencia que de verdadera discusión de ideas, a mi me sigue atrayendo más la realidad que la interpretación forzada de la realidad.
Será porque el 25 de enero se cumplen quince años del crimen más espantoso que sufriera un fotógrafo en plena democracia (¿hace falta que recuerde que se trata de José Luis Cabezas? ¿o ya lo olvidamos?). Me impactó notablemente la foto de Carlos Brigo que ilustra este artículo. A Carlos no lo conozco personalmente. Conozco su obra a través de redes sociales. Una más sorprendente que la otra. Intuyo que es un fotógrafo de esos que comparten sus imágenes por el sólo placer de compartir.
Así como en cada uno de nosotros las cosas trascendentales de nuestras vidas parecen no terminar de ocurrir hasta que no se las contamos a alguien amado, Carlos Brigo cierra el círculo su obra cuando la comparte en redes sociales. Me sucede lo mismo con mis artículos. Sucederá lo mismo con éste artículo. Gabriel García Márquez dijo que lo ingrato en el oficio de un periodista es que su obra muere en el mismo momento de nacer. Y hay mucho de cierto en esta aseveración. Ese desprendimiento de la obra propia no deja de significar un desgarro. Y cualquier desgarro, =0 9 duele. Pero también es cierto que el sólo hecho de compartir nuestra obra nos quita esa sensación de punzante soledad que alberga en cada comunicador.
La mejor forma que se me ocurrió para homenajear a José Luis Cabezas es precisamente, esta foto de Carlos Brigo. Uno de sus discípulos. Porque Carlos, quizás sin darse cuenta, les está enseñando a aquellos intelectuales que mencionamos al principio y a cada periodista, como yo, cuál es el acertado camino que debemos transitar para parir "el nuevo periodismo".
¿No es acaso la foto que usted está viendo en ésta página un perfecto relato de la realidad, sin rebuscadas interpretaciones intelectuales ni costosas producciones mediáticas?. Y es, a la vez, un gesto de respeto hacia usted. Nadie le indica cómo debe interpretar esta foto. Nadie le dice cómo debe opinar. Usted la mira, la siente, la analiza y la interpreta como prefiera. Saca sus propias conclusiones. El párrafo anterior no es otra cosa que una definición de periodismo ecuánime.
No existe nada más elocuente que una imagen. Echa por tierra cualquier operación mediática o mentira difundida. Y para que una foto así nazca, debe existir un fotógrafo (Padre) atento y apasionado. Capaz de VER lo que a menudo todos únicamente "miramos".
Cabezas fue brutalmente masacrado porque mostró la realidad. Y a Rodolfo Walsh le pasó exactamente lo mismo. Uno por una foto. El otro por una pluma. Es hora de que abandonemos la retaguardia y dejemos de ser "una máquina de desmentir". Eso es la negación del periodismo. Nada es más elocuente que mostrar la realidad. Como un fotógrafo. Como Cabezas. Como Brigo y tantos anónimos comunicadores. Como Rodolfo Walsh. A ellos debemos emular para lograr una comunicación honesta y horizontal, sin egoísmos, consignas vacías ni ambiciones de protagonismo mediático. 09 ¿En qué los debemos emular? En mostrar lo que realmente vemos. No lo que miramos sin ver o leemos en páginas sucias de mendacidad. Pero, antes debemos aprender a ver, claro.
A despertar en nuestros lectores un sinfín de sensaciones con cada palabra. Con  cada foto. Como la que en mi despertó esta foto. Sin desmerecer el valor de la palabra, una interpretación puede ser fácilmente rebatida por otra. Pero ¿alguien se anima a desmentir una foto?
No se olviden de Cabezas. Y no nos olvidemos de hacer periodismo. Ésta foto, como las de Cabezas, también son periodismo. Una foto como ésta puede significar un punto de partida hacia un nuevo periodismo: mostrar la realidad sin pasarse horas desmintiendo lo que otros nos cuentan como verdades reveladas.
Lo invito a mirar atentamente ésta foto durante unos minutos ¿Qué siente? ¿Qué cree que siente ese niño con su Netbook? ¿y qué cree que sienten los grupos privilegiados cuando mostramos y contamos la realidad de esta manera? ¿Se animarán a desmentir ésta foto? ¿Cree que pueden hacerlo? Ni se imaginan cuánto les duele una imagen elocuente. O sí se lo imaginan, si es que no se olvidaron de Cabezas.
Mientras les dejemos la iniciativa, no seremos más que insistentes replicadores de sus mentiras, en nuestro afán por desmentirlas. Imaginemos miles de fotos como ésta ¿Las imaginamos? Pues mostrémoslas. Veamos la realidad desde ojos capaces de sentir, sin estar contaminados. Y, por sobre todas las cosas, ojos sin precio.

¡Que los parió a los gringos, j’ una gran siete!


Por Jorge Luis Ubertalli

Si el gaucho Rivero hubiese sabido que los gringos lo tacharían de “colonialista” cuando en 1833 se alzó contra los ocupantes ingleses y los compinches del ex gobernador Vernet, quien había sido enviado a tomar posesión de las Islas Malvinas en 1820, se hubiera seguramente recag…de risa. Peón entrerriano de 20 años, Rivero fue llevado a Malvinas por Vernet en 1827 junto a sus hermanos de clase, los gauchos e indios charrúas Juan Brassido, José María Luna, Manuel González, Luciano Flores, Felipe Zalazar, Marcos Latorre y Manuel Godoy, todos hombres de “pata en el suelo”, para ejercer los mil oficios del hacerle a todo. Antes y después, los imperios coloniales españoles, franceses, holandeses e ingleses se habían disputado el control de las Islas. Hasta los yanquis, acostumbrados a destruir ciudades costeras- como hicieron con la de San Juan del Norte de Nicaragua a mediados de los años 50 del siglo XIX- se metieron a volar cañonazos contra Puerto Soledad, al que destruyeron por completo, cuando sus barcos balleneros fueron interdictados por las huestes de Vernet, que tiempo después capituló ante los ingleses. Así las cosas, mientras yanquis e ingleses se disputaban la presa del Atlántico Sur, verdadero buque terreno anclado a pocas millas del Estrecho de Magallanes (unión de los océanos Atlántico y Pacífico) y con proyección hacia la Antártida, Rivero y sus compadres hincaban el lomo para Vernet y el capataz británico Dickson, nombrado por John James Onslow, capitán que ocupó las Islas en 1833 sin resistencia y se alió, como hermano mayor, con Vernet, ya asentado en Buenos Aires,  para explotar en yunta a los peones. Rivero y sus pares, cansados de ser explotados, hambreados y pagados con vales emitidos por  los capataces que Vernet había dejado allí para atender sus negocios, y que no eran aceptados por Dickson, se alzaron en armas como buenos “bandidos”, se cargaron a unos cuantos gringos y alcahuetes locales, arriaron la bandera inglesa que presidía esas soledades e izaron la bandera argentina. Si hubiese sido en tiempos más recientes, junto a la argentina hubiesen izado la roja del socialismo y el comunismo y/o la rojinegra de los libertarios, o ambas. Pero no, fue el 26 de agosto de 1833 cuando Rivero y sus compañeros se convirtieron en “colonialistas”, y hermanaron su condición de peones de pata en el suelo con la de argentinos. Porque ellos, como ahora, eran y son “la nación”, los que produjeron y producen las riquezas que otros, de distintas banderas pero del mismo linaje social, se apropiaron y se apropian.

Esa vez fue en Malvinas, que volvió a ser “reconquistada” por los filbusteros del norte de Europa al año siguiente, 1834, luego de varias expediciones que lograron reducir a los “bandidos” y “delincuentes” gauchos e indios “salvajes” y llevarlos prisioneros a Inglaterra.

Rivero fue, al decir del hoy primer ministro británico, David Cameron, un “colonialista”. Como lo fue Dardito Cabo en 1966, como lo fueron los miles de combatientes que murieron o quedaron inválidos en 1982. Rivero fue tan “colonialista” como fue “bandido” Sandino en la Nicaragua de los años 20 del pasado siglo; como fueron “conservadores” los que se opusieron a la liquidación de la URSS y el campo socialista, como fueron “rebeldes” los cipayos que, amparados en las bombas de los aviones de la OTAN, lograron convertir no hace mucho a Libia en una patria violada y mancillada por las hordas imperiales. ¡ Cosas de la vida…y de las operaciones psicológicas de los enemigos de los pueblos, siempre en guerra contra ellos!. Ahora, para los saqueadores de territorios y riquezas ajenas, son “revolucionarios” los que intentan retrotraer la historia a sus estadíos mas salvajes, acrecentados por la técnica capitalista del exterminio masivo, la contaminación y la rapiña mas excelsa. Son “colonialistas” los que exigen respeto por territorios ancestrales que les pertenecen a los trabajadores y otros hijos del pueblo, nunca a los explotadores ni opresores cobijados bajo ninguna bandera. Son “terroristas” los que se alzan contra las prepotencias de un ‘occidente’ capitalista e imperialista en crísis orgánica, que en su decadencia intenta arrastrar al mundo a los abismos culturales, sociales, militares y políticos mas hediondos.

Que los parió a los gringos, j’ una gran siete. Quieren enredarnos con palabras dadas vueltas, con enroques, con símbolos contradictorios, con labias sin sentido ni razón, mientras enrollan el lazo para descargarlo una y otra vez sobre los millones de supuestos terneros populares, nosotros, a quienes pretenden pasar a deguello si así lo amerita la defensa de sus intereses. Mal que les valga.

Cuando un pueblo se decide a tomar lo que es suyo, no hay nadie que lo embrete en la sinrazón, el achique, la cobardía o la indiferencia. Y un pueblo son muchos pueblos. Y una meta: la liberación nacional y social, bajo la bandera del internacionalismo de los de abajo. Por ahora, empecemos por casa.

Somos los “colonialistas” que les cortarán la lengua a los Cameron, que en este momento mandó a fortificar militarmente las Islas, y sus socios yanquis y otánicos. Las Malvinas son nuestras, y de todos nuestros hermanos de sufrimiento, opresión y explotación. Y a otra cosa, mariposa, mientras bruñimos las herramientas de liberación.

jueves, enero 19, 2012

ECONOMIA : PDVSA PRODUCIRA NAFTA Y GASOIL EN ARGENTINA

A la posición dominante le nace una competencia

 Por Raúl Dellatorre
Los gobiernos de Cristina Fernández y Hugo Chávez evalúan el posible ingreso de la petrolera estatal de Venezuela, Pdvsa, en el negocio de refinación en Argentina. Así lo admitieron ayer el mandatario venezolano y el ministro argentino de Planificación, Julio De Vido. “La relación entre nuestros países está en una nueva etapa, de mayor densidad, atendiendo necesidades estructurales para el crecimiento: en ese marco, Pdvsa va a entrar próximamente en el negocio de la destilación de petróleo en Argentina”, destacó De Vido, quien había mantenido una reunión en horas de la mañana tratando el tema con los ministros venezolanos de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, y de Energía, Rafael Ramírez.
El anuncio, hecho apenas 48 horas después de la denuncia formulada por el gobierno argentino contra cinco petroleras por aplicar sobreprecios al transporte a través del uso abusivo de su posición dominante, no parece casual. Ni es tampoco la primera vez que se menciona el ingreso de Pdvsa al negocio de refinación. Ya en febrero de 2005, al inaugurar en el país la primera estación de servicio con la marca Pdvsa, el presidente Chávez había señalado que “el próximo paso debe ser la negociación de una refinería que tiene la Shell en Argentina; con Enarsa estamos interesados en adquirirla”. Se trataba de la Destilería Dock Sud de la petrolera angloholandesa, pero esa operación nunca se concretó.
Pdvsa siguió creciendo en Argentina, pero en el segmento de comercialización. Se Asoció con Ancap (petrolera estatal uruguaya), que en 1999 había comprado la red Sol Petróleo de estaciones de servicio, para crear la binacional Petrolera del Cono Sur. En septiembre de 2011, Pdvsa terminó comprando la participación de Ancap para quedarse con toda la empresa, que a esa altura distribuía 18 mil metros cúbicos mensuales de combustibles en la Argentina a través de una red de 117 estaciones de servicio.
Pero el gasoil y la nafta comercializados son importados desde Venezuela o se los compra a otras refinerías, YPF principalmente. Pdvsa nunca cerró la integración vertical con la destilación, pese a que periódicamente circularan rumores de compra de alguna vieja destilería para su remodelación.
Esta vez, la intención viene más en firme. Enarsa (empresa estatal argentina) quedó asociada, bajo la presidencia de Néstor Kirchner, en la perforación y explotación de crudo en la Faja del Orinoco, en Venezuela. Este emprendimiento hoy está en condiciones de extraer 100 mil barriles diarios. Lo que ayer conversaron los ministros del área de ambos países es la posibilidad de traer parte de ese crudo a la Argentina para su destilación y comercialización como combustible. El próximo paso en la evaluación es si ese eslabón se completará con una empresa mixta o a través de la filial de Pdvsa en Argentina en forma individual, y si se llevará a cabo erigiendo una nueva planta de refinación o adquiriendo otra ya existente. En marzo de este año, cuando ambos presidentes se encuentren en Buenos Aires, podría haber novedades.
El ministro Julio De Vido acompañó ayer a Chávez en la vista aérea sobre las obras de la represa hidroeléctrica de Tocoma, al sur del país, en el estado Bolívar. En su construcción participó activamente la empresa argentina Impsa. Otra empresa argentina, en este caso estatal, Invap, jugará un papel protagónico en la instalación de la TV digital en Venezuela. Para el gobierno de Chávez, la creación de medios de comunicación alternativos y aumentar la oferta eléctrica (después de los frecuentes apagones de los últimos años en todo el país, salvo en Caracas), son temas fundamentales para levantar defensas en dos flancos débiles de su gestión. Para Argentina, garantizar la oferta energética de combustibles líquidos también adquiere carácter estratégico. Con el compromiso asumido por Pdvsa, De Vido recibió ayer una gran retribución por los aportes de Argentina al proceso bolivariano. La integración tiene efectivamente otra densidad.-

miércoles, enero 18, 2012

III Fórum de Mídia Livre acontecerá nos dias 27 e 28.01 em Porto Alegre


Durante os dois dias do III Fórum de Mídia Livre, os painéis de debate serão realizados na forma de desconferência, onde todos podem ser palestrantes e comentaristas. Para dar mais folêgo às desconferências, haverá desconferencistas, que, durannte 15 minutos, poderão colocar questões para o debate e fala de todos. Seja um deles!


martes, enero 17, 2012

Opinión: MARXISMO Y PERONISMO: REFORMA, REVOLUCIÓN Y MOVIMIENTOS DE LIBERACIÓN NACIONAL

Por Raúl Isman y Adrián Carlos Corbella
"Ni calco ni copia, sino creación heroica".
José Carlos Mariétegui.
Hace aproximadamente un siglo y medio Karl Marx analizaba en “El Capital” (y en otras obras económicas, sociales y políticas) las insalvables contradicciones que corroían al sistema capitalista. Postulaba, en lo central, que esas contradicciones llevarían al orden burgués (necesariamente) a la ruina, bajo la forma de crisis económicas inevitables; que provocarían, a su vez, sucesivas situaciones y crisis revolucionarias. Y que además dicho proceso comenzaría lógicamente por los países centrales, porque en ellos la sociedad capitalista había llegado más lejos. El capitalismo sería sucedido por el socialismo (face inicial), un nuevo modo de producción que, cuando lograra una plena igualdad política, social y económica y expandiéndose por todo el orbe podría ser llamado comunismo (etapa superior). Pero en rigor semejante proceso sólo podría darse en formaciones económicas avanzadas o- por llamarlas ad usum de los años ’90- del primer mundo; en las que se hubiere completado lo central de las tareas burguesas. Dichas tareas resultaban precondición inevitable y necesaria de la revolución proletaria y eran en lo central:
a) Desarrollo de una economía capitalista industrial y avanzada, signo inequívoco que en tal país la clase burguesa se había hecho con el poder económico. Y ligado a lo anterior y desde lo político
b) La creación de un estado nacional, base política correspondiente a la soberanía de dicha clase social. Tales son las tareas propias correspondientes al horizonte correspondiente a la revolución que Marx denominó burguesa.
Hemos glosado, en un apretado y rápido resumen, la teoría de Marx, un analista brillante del sistema capitalista y un profeta de la revolución (proletaria y comunista) que nunca ocurrió. Pero por cierto que la práctica histórica concreta resultó muy distinta a lo previsto en las teorizaciones previas. En principio digamos que uno de los errores o fallas más notorios en las elaboraciones marxianas reside en su mirada general sobre el mundo, notablemente eurocentrista. Son muy escasas las referencias en su obra a la situación colonial (que sufrían al menos tres cuartas partes de la humanidad) y llega a afirmar que el imperialismo ingles asume posturas y rasgos revolucionarios… ¡al conquistar la India! En nuestra opinión, la contradicción imperialismo-nación (o pueblo) asume una centralidad mayor que el enfrentamiento burguesía-proletariado, naciente de la lucha de clases propia del modo capitalista de producción. Por aquellos años, esta última lectura de la realidad mundial (llamada clase contra clase por la tercera internacional) dejaba fuera la comprensión de la problemática en la mayor cantidad de países del orbe y resultaba exótica a los ojos de las masas habitantes en lo que aún no se denominaba tercer mundo. Semejante falla u olvido en la concepción de Marx no puede obviarse para construir una interpretación de casi dos siglos de movimiento obrero y luchas populares en todo el orbe. Puede decirse que la elaboración del autor de Das Kapital es una teoría de la revolución en los países capitalistas avanzados, lo cual puede fundamentarse con diferentes referencias en su obra. La “entrada” de los pueblos del mundo periférico a la “historia” sólo puede ser facilitada por la venia de la avanzada Europa; sea por vía de la burguesía (la colonización británica en la India) o porqué la revolución proletaria en el occidente industrial permitiere a la arcaica Rusia saltar etapas históricas en su desarrollo.
Reforma, revolución
y otras cuestiones
En diversas épocas de la historia y durante las distintas sociedades de clases existieron reformadores de la sociedad. Se trataba centralmente de núcleos críticos (o diletantes) del bloque de clases que ejercía el poder real en sus respectivos tiempos. Tales reformadores intentaban modificar los aspectos más agresivos de la sociedad; a efectos de continuar, por otras vías, la misma dominación. Desde los Gracos y Julio Cesar en la antigüedad romana hasta diversas herejías en los tiempos bajomedievales son ejemplos de la orientación descripta. La literatura italiana inmortalizó una orientación y una época con el célebre personaje Don Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina, protagonista de la famosa novela “Il Gatopardo” de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. El noble novelado de marras era antepasado del autor y melancólicamente pontifica acerca de la necesidad de realizar transformaciones cosméticas para mantener lo esencial del status quo. Se lo puede leer en la obra literaria citada y ver en la magnífica recreación cinematográfica dirigida por el gran Luchino Visconti.
La cuestión se diversifica con el advenimiento de los tiempos modernos; en los que las reformas sociales pasaron a ser mester de filósofos y utopistas, soñadores de mundos ideales, no necesariamente anclados con clases y actores sociales realmente existentes. Y por otra parte asume mayor complejidad con el vasto movimiento cultural denominado ilustración; ya que- al decir de Antonio Gramsci- se trata de una verdadera internacional intelectual de la revolución burguesa. Pero presta ministros y funcionarios de todo tipo a monarquías escasamente progresistas. Y dejemos sentado que con la ilustración la idea de progreso comienza a ser visto como un valor de alcance universal; es decir deseable para todas las personas. Hasta allí progresismo y reformismo parecían ser términos intercambiables o identificables uno con el otro. Poco después comienzan a autonomizarse. Por cierto que la revolución iniciada en Francia en 1789 pone a prueba el significado de todas estas etiquetas (progresista, reformista, revolucionario, que no estaban aún muy difundidos en las ciencias sociales); ya que en principio la común oposición al antiguo régimen unifica a girondinos (burguesía moderada, “reformista”) con jacobinos (ala izquierda de la misma clase, “progresista”) y “revolucionarios” sans-cullotes y rabiosos (que pueden ser llamados en nuestro léxico actual ultraizquierdistas). Es más, la revolución francesa acuñó el propio vocablo revolución para el lenguaje político. La filósofa alemana Hanna Arendt diferencia tal transformación de las que se produjeron en etapas anteriores; para las cuales reserva el término cambio de las cosas (mutatio rerum, en latín en el original). Y fue precisamente en la Francia revolucionaria donde nació el concepto de revolución comunista, cuando en 1799 se desencadenó la conspiración de los iguales. Tales “primitivos” comunistas no eran más que jacobinos insatisfechos con los límites burgueses de la revolución. Una famosa frase de algunos confabulados, tomar el cielo por asalto, hizo historia en la literatura, las ciencias sociales y el lenguaje de la agitación social y política. Continuador de aquellos primeros revolucionarios comunistas fue Augusto Blanqui (1805-1881). Luego de la revolución parisina de 1848 quedan claramente delineadas dos orientaciones opuestas: la recién referida y la que impulsaba Louis Blanc (1811-,1882), consistente en acceder al gobierno (no al poder) para realizar reformas; no transformar radicalmente la economía y la sociedad, como anhelaban Blanquí y sus seguidores.
Karl Marx observaba los debates referidos y muchos más; al tiempo que participaba en las luchas revolucionarias. Su obra no deja de ser una larga reflexión sobre los citados debates en diálogo con la experiencia histórica del movimiento obrero y comunista. Pero si bien el autor nacido en Tréveris reivindicaba una condición científica para “su” socialismo y una carácter radical para la revolución obrera y comunista para la cual militaba, jamás desconoció que diversas fuerzas reformistas (los sindicatos ingleses, los socialistas alemanes, los demócratas franceses; por ejemplo) eran retoños “del palo”; es decir agrupamientos integrantes de una misma familia (o movimiento). No puede ser más contrastante su actitud con, por ejemplo, la posición de los partidos Trotskistas de la Argentina; que se caracterizan no sólo por la agresión verbal constante (que no puede confundirse con la verdadera crítica) hacia las posiciones reformistas, si no también por verdaderas guerras discursivas a lo interno de las propias sectas troskosáuricas; enfrentadas entre si por cuestiones tan acuciantes para las sufridas masas laboriosas como cual de ellas es la verdadera guardiana de la sagrada ortodoxia troska.
La revolución rusa:
¿especificidad nacional o modelo universal?
Los vericuetos de la historia hicieron que la primera revolución exitosa se diera en Rusia, país que distaba mucho de ser una formación social con un capitalismo más avanzado y perfeccionado. La Rusia de 1917 apenas si había comenzado un tímido proceso de industrialización. Por añadidura, el crecimiento de un espacio manufacturero obedecía más a la acción de un modernizador ministro reformista, que al crecimiento de una clase burguesa con capacidad de disputar el poder contra la altiva y parasitaria aristocracia y contra la propia autocracia zarista. Por otra parte, Rusia dependía financieramente de Francia, e industrialmente de Inglaterra, Alemania y Francia. Las oprimidas zonas asiáticas del Imperio eran coloniales y claramente “subdesarrolladas”.
Por todo ello en el Partido Obrero Social Demócrata Ruso las posiciones se dirimían alrededor del carácter de la revolución en Rusia; es decir que revolución era posible en el país de los Zares. Hubo una fracción, denominada Mencheviques, que postulaba una fase necesaria de revolución burguesa, para que recién allí fuere posible una trasformación con objetivos socialistas. Lenin- dirigente de la fracción bolchevique- planteaba que la revolución era posible en Rusia pese a sus aspectos económicos, sociales y políticos atípicos, de acuerdo a los cánones marxistas más arriba descriptos. Rusia, según los Bolcheviques y particularmente su calvo dirigente, debía transitar un proceso revolucionario que era esquematizado bajo la fórmula dictadura democrática de obreros y campesinos. Desde semejante enunciado se afirmaba las clases sociales mayoritarias, explotadas y oprimidas que pudieren resultar sujeto de la transformación; al tiempo que, por omisión, quedaba fuera de la alianza social revolucionaria la impotente burguesía rusa. Así las elaboraciones de Lenin (y Trotski) supieron hacer una creativa lectura de la realidad y no una copia de esquemas muertos. En palabras de José Carlos Mariátegui, “creación heroica y no copia”. Y de este modo Rusia abandonó el capitalismo durante 70 años, logro sortear la invasión y el bloqueo de diversos países, pudo repeler la invasión nazi y disputar contra E.E.U.U. la hegemonía mundial durante los complejos tiempos de la Guerra fría (1945-1991).
Digamos que la revolución rusa significó además un desgarramiento entre las dos tradiciones que conformaban el movimiento obrero y socialista. La nucleada en la segunda internacional (reformista) y el nuevo conglomerado mundial que paso a llamarse la Komintern (Internacional Comunista). La formación de está última significo que la ruptura aparecida con la primer guerra mundial se ahondó hasta volverse definitiva; no sin tétricos resultados para los trabajadores, como demuestra la caída de Alemania bajo el nazismo en 1933. Además, la revolución rusa no fue analizada por los núcleos de la tercera como resultado de una excepción histórica, sino como la norma exclusiva que debería transitar todo proceso transformador en el orbe entero y a la cual deberían amoldarse revoluciones y revolucionarios. A ello contribuyeron la conducción del Partido Comunista de la U.R.S.S. y ciertas elaboraciones de la tercera internacional, como las veintiún condiciones de ingreso, que presentaba el modelo bolchevique como camino exclusivo y excluyente y que cada sección debería impulsar en cada país. Pero sin dudas que resultó un acierto el reconocimiento de la cuestión colonial y nacional, plasmado en diversos documentos. Luego de Marx , el mundo periférico resultaba visible, auspiciosamente, en las elaboraciones teóricas y en la práctica política del movimiento comunista internacional transcurridas casi cuatro décadas de la muerte del filósofo de Treveris. Casi contemporáneamente, en diversos países de América Latina, nacían los debates que dieron por resultado la aparición de la corriente denominada izquierda nacional; que intentaba servirse del marxismo para alumbrar la comprensión de la realidad de nuestro continente y no que la propia realidad fuere constreñida a adecuarse a los cánones de un dogma fosilizado.
El epicentro revolucionario del siglo XX se desplaza hacia
el sur tercermundista
Además de Rusia, casi todos los países que hicieron en el siglo XX revoluciones eran formaciones económicas periféricas, no industriales, llamados luego de 1945 tercermundistas, coloniales o semicoloniales. Por fuera de cómo se presentaron discursivamente, se trató de luchas por crear estados nacionales que no podían ser tales por causa de la opresiva presencia imperialista.
Uno de los mejores ejemplos es China; que enlaza su revolución con la lucha contra la fragmentación feudal (los señores de la guerra) y la presencia imperialista en las grandes ciudades. Durante la segunda guerra la lucha se dirige contra la invasión japonesa, y en un largo proceso revolucionario se liquida la dependencia semicolonial respecto a Europa, Japón y Estados Unidos, logrando crear- a partir de la gran revolución de 1949- su primer estado realmente nacional durante los tiempos modernos. Hoy queda sólo el nombre de las intenciones comunistas del partido de Mao, pero China es una formación estatal que disputa en pie casi de igualdad con el resto de los principales país del orbe.
Otro caso es Yugoslavia, un país periférico de Europa, arrasado por los vendavales de expansionismos varios, y claramente “balcanizado” antes y después de la revolución dirigida por Josip Broz (Tito), que al igual que en la patria de Mao pudo lograr por primera vez en toda su historia un estado nacional digno de llamarse de este modo. A la muerte del líder y fundador, su construcción fue liquidada por la presión conjunta del imperio norteamericano y los europeos.
Vietnam hace su revolución, mientras lucha por echar a los invasores japoneses y a potencias coloniales o neocoloniales como Francia y Estados Unidos. La realidad social en la patria de Ho-Chi-Min en la actualidad no es muy distinta a China. Pero las negociaciones con el capital internacional se hacen desde la existencia de un estado nacional soberano.
En Cuba, existía un agregado a la constitución, la Enmienda Platt, que permitía a E.E.U.U. intervenir en la isla cada vez que quisiere y ello puesto en el propio texto constitucional. La revolución que se inicia con la intrépida y audaz expedición del Granma tiene un claro objetivo de independencia nacional y las grandes trasformaciones sociales son posteriores a la primitiva afirmación patriótica. Mas cerca en el tiempo, Nicaragua era parte del “Patio Trasero” en su definición más plena. E inclusive se le puede quitar la condición de patio de los E.E.U.U. En todos los casos que hemos balanceado sumariamente, la revolución fue centralmente un proceso de liberación nacional. Las transformaciones sociales que se dieron fueron en gran medida posteriores a la creación del referido estado independiente. Por otra parte se trató incluso de una política que completó o concretó la organización estatal de marras.
Las izquierdas vernáculas:
liberación nacional e incomprensión intelectual (y política)
En todas estas revoluciones con apariencia de “socialistas”, “marxistas”, “comunistas”, el proceso de cambio social fue acompañado de un proceso de “liberación nacional”, de ruptura de lazos coloniales o semicoloniales. Es que resultaba una precondición de cualquier iniciativa a favor del bienestar popular que se rompieren los lazos que ataban a cada país con el imperialismo. Fueron revoluciones “internacionalistas” (parte general del proceso de liberación de los pueblos). Y a la vez fueron revoluciones “nacionales”. Todas integraron ambos procesos, a su estilo, y en distinta medida. En nuestra opinión, resulta decisivo este segundo componente nacional o independentista.
La izquierda latinoamericana, en general, y la argentina, en particular- con escasas y honrosas excepciones como el peruano Mariátegui o el argentino Ugarte- adolecieron, y aún adolecen, de graves dificultades para comprender la marcha de las transformaciones sociales y la simple realidad empírica. Por ello, no podían advertir cómo en esas revoluciones socialistas lo “internacionalista” se fusionaba con aspectos de indudable contenido “nacionalista”, que eran parte de un proceso de liberación nacional. La causa fundamental era el rígido ideologismo padecido por los cenáculos izquierdistas; que los conducía a cuestionar a la impoluta realidad por el grave pecado cometido por ésta, consistente en no adecuarse a sus ensueños teóricos.
Las ideas socialistas y anarquistas llegaron a la Argentina con los inmigrantes europeos. Y, como los europeos tendían a concentrarse en algunas áreas muy definidas (Buenos Aires, Sur de Santa Fe con Rosario como eje) que se europeizaron profundamente, pudieron transplantar sus fuerzas políticas originadas en el ámbito europeo al nuevo continente no sólo sin realizar ninguna adaptación: también sin pensar en las nuevas condiciones en que desenvolverían su acción. De modo que para anarquistas y socialistas no había diferencias entre países imperialistas y periféricos a la hora de encarar la lucha por la transformación social. Su punto de partida implicaba desconocer el profundo carácter condicionante y distorsionante que el imperio tenía sobre nuestras sociedades.
El Partido Socialista, fundado en 1896 por Juan B. Justo y otros dirigentes, era una fuerza pensada para resultar similar y confluyente con los partidos análogos del mundo industrializado. Es decir, se creó bajo una concepción eurocentrista. Había no obstante diferencias muy sensibles: en Europa el socialismo ganó, en general, muy rápidamente al movimiento obrero. Aquí, el escaso desarrollo industrial contribuyo a que la inserción de la creación justista se focalizara en destacamentos de clases medias pobres y trabajadores calificados. El proletariado industrial era una minoría en el océano de los sectores populares de un país semicolonial.
Discursivamente el socialismo en la Argentina se paró en los arrabales de su casi contemporánea U.C.R.: cuestionaba la corrupción y no el modelo económico agroexportador; llegando a la “incomprensible” apología del libre cambio; en lugar de impulsar la defensa de la industria nacional por medio de medidas proteccionistas (que daría por resultado el incremento social de las fuerzas del movimiento obrero). En nuestra opinión existían dos causas para que resulte inteligible la extraña orientación. A saber:
a) La no comprensión (o si se prefiere radical incomprensión) de la cuestión nacional. De hecho, el P.S. fue un ala izquierda del imperio antes que una fuerza anclada en la comprensión de las necesidades, sufrimientos y la propia historia del pueblo argentino.
b) Por otra parte, el partido- al asumir las posiciones anti-protección industrial- refrendaba de hecho su interés e intención de representar centralmente a las capas medias consumidoras; más que a la totalidad del pueblo argentino.
Esta fuerza hacía aquí similares cuestionamientos a los que hacían sus partidos hermanos europeos, pero con un desdén extraño hacia nuestro país: llamaban despectivamente política “criolla” a lo propio de la nuestra sociedad. Quizás por esto mismo nunca pudieron ingresar a la Argentina profunda, criolla, latinoamericana, ni entender sus problemas; a sus habitantes los socialistas les resultaban “extranjeros”. Se autocolocaban además en un extraño sitio de superioridad moral. Conciente o inconcientemente participaban del modo oligárquico de relacionarse con el sustrato popular de nuestra sociedad; al cual negaban. Por ello no puede extrañar que el emerger del verdadero proletariado argentino- el 17 de octubre de 1945- fuera visto por el Partido Comunista codovilleano como la salida a la superficie de los lumpen, a los cuales dichos “comunistas” se proponían para reprimir.
La izquierda que había nacido en tiempos pre-peronistas asumió como propio todo el profuso aparato armado en lo cultural e ideológico por parte de la oligarquía terrateniente y su creación, el Estado liberal de la Organización Nacional. Digamos a modo de ejemplo que el historiador cuasi oficial hasta los años ’80 del Partido Comunista Argentino, Leonardo Paso, era tan mitrista que, a su lado, podría pasar hasta un columnista de La Nación como revisionista del ala ligada a la izquierda. Por otra parte, ni socialistas ni comunistas cuestionaron al Modelo Agro-exportador, ni lo denunciaron como mecanismo de dominación neocolonial. En dichas fuerzas aparecía de modo desvergonzado y ridículo las desviaciones que hemos referido líneas arriba, es decir, plantearle al pueblo un esquema extraño, exótico y extranjero de revolución, al cual era imperioso amoldarse. Por ejemplo, la petulancia del P.S. al analizar muestra sociedad viró muy rápidamente en complicidad con el golpe del ’30. O el P.C. llamando a desarrollar… soviets de obreros y campesinos… en la Argentina, consigna tan imbricada en la realidad como la esperanza de otra secta izquierdista varias décadas después en la llegada de extraterrestres para favorecer la revolución proletaria. Tampoco hubo críticas para con el Estado europeizante que renegaba de todo aquello que oliera a “criollo”, “nacional” o “latinoamericano”. Tomar como propio- sin atisbo ninguno de polémica crítica- el arsenal cultural de la oligarquía terrateniente significa la rotunda y radical incomprensión por parte de dichas fuerzas del problema nacional.
Socialistas y comunistas profesaban una admiración sin límites hacia figuras como Rivadavia y Sarmiento, íconos del liberalismo; los veían como “progresistas”, por su anticlericalismo, su laicismo, los aportes del sanjuanino a la educación y su oposición a los resabios “feudales”. Pero aquellos mentados (reales o imaginarios) ademanes progresistas no alcanzaban a ocultar el rol vasto e inestimable de los mencionados “próceres” en la construcción de un orden neocolonial, ni sus vinculaciones con los imperios; a los cuales tomaban acríticamente como modelos: Rivadavia a los piratas british, Sarmiento (profético) a los E.E.U.U.. Por ende no podían comprender que una Argentina atada al diseño de la división internacional del trabajo diseñada por los países centrales no podría desarrollar todas sus potencialidades. Es decir; el ABC de la cuestión nacional. Por ello, nunca entendieron que la Argentina, a diferencia de Inglaterra, Alemania, E.E.U.U. Italia o Francia, era un país periférico, neocolonial, donde cualquier lucha “social” debería ser paralela a un combate por la “liberación nacional” y por la integración de las dos Argentinas: la Argentina “europea”, tributaria y derivada de la ciudad puerto y del Estado liberal, escenografía monumental pero frágil, y el otro país profundo, con sus bases demográficas y culturales criollas y latinoamericanas, a las que Scalabrini Ortiz llamaría años después “el subsuelo de la patria (sublevada)”.
Por eso, cuando comenzaron a principios del siglo XX las discusiones acerca de la necesidad de aplicar un modelo proteccionista de la industria incipiente que había en el país económico, el socialismo se embanderó con el librecomercio en defensa de los “derechos de los consumidores”, sin entender que de lo que se hablaba era de medidas para lograr una mayor independencia económica, es decir, medidas “descolonizantes”. Es que una sociedad que depende de los suministros externos en bienes manufacturados se halla condicionada fuertemente por tal dependencia. Así, socialistas y comunistas se transformaron en el “ala izquierda” de esa Argentina europeísta y liberal, y fueron quedando cada vez más descolocados cuando esta gran estructura comenzó a desmoronarse y estalló luego de la gran crisis.
Lo ocurrido luego del famoso jueves negro en octubre de 1929 sólo podía resultar asombroso para observadores incautos. El aparatoso edificio de la Argentina liberal, europea y agroexportadora ya había entrado en crisis varios años antes del (primer) Centenario. Síntoma de tal crisis era la conflictividad social que obligó a la oligarquía a abandonar los devaneos reformistas y promulgar las leyes de Residencia y Orden Social. Represión por los “cosacos” de Ramón Falcón y Estado de Sitio fueron el rostro sin máscaras del estado liberal. Por otra parte, la U.C.R.- que significó la pinza política para debilitar al orden oligárquico y que accedió con Hipólito Yrigoyen a la presidencia por primera vez sin fraudes- demostró su incapacidad e inconsecuencia para conducir un proceso de liberación nacional. Durante las huelgas ocurridas durante la primer presidencia de Yrigoyen la represión superó en saña, violencia, masividad e ilegalidad a los terribles tiempos de Falcón.
Además, la Primera Guerra Mundial y en mucha mayor medida la crisis del ’30 estimularon cierto nivel de industrialización por sustitución de importaciones, proceso que se vio acompañado por un éxodo rural que hace entrar en contacto tangible y físico a las dos Argentinas: la Argentina “europea” de las áreas portuarias y la más latinoamericana del Interior. Pero el elemento que dio el golpe de gracia al orden oligárquico y su estado liberal y europeizante en gran medida provino desde el exterior, con los cambios que acompañaron al reemplazo de Inglaterra por Estados Unidos como poder dominante en el mundo. Es que la rubia Albión tenía una economía complementaria con la nuestra; mientras que la de E.E.U.U. competía por vender productos agropecuarios en el mercado mundial. Argentina se había especializado económicamente para ser “socio” de Inglaterra, para venderle carne, trigo, lana y cuero a cambio de sus bienes industriales, Cuando comienza el ascenso de Estados Unidos, nosotros no podemos redirigir nuestras exportaciones hacia el nuevo sol mundial, por la simple razón de que ellos eran productores de esos mismos bienes.
En esta Argentina surge el peronismo, emerge “el subsuelo de la patria sublevada”, como diría Raúl Scalabrini Ortiz, como si de una erupción volcánica se tratase. Es un movimiento que une todo aquello dejado afuera, ocultado, invisibilizado, por la “Organización Nacional”. Y levanta banderas de liberación nacional, que van, desde la integración de esas dos Argentinas que habían marchado paralelas, hasta el rechazo al vínculo neocolonial con Inglaterra y la resistencia a establecer un nuevo vínculo colonial con los Estados Unidos.
El lema “justicia social, independencia económica, soberanía política” hace clara referencia a estas cuestiones, a esta lucha por la liberación nacional y por definir una “Nueva Argentina”, alejada de aquella escenografía europeísta.
Y si bien el peronismo tenía contradicciones ideológicas muy fuertes (y las tiene hoy, y probablemente las seguirá teniendo) los partidos de izquierda se quedaron en el análisis de ese perfil ideológico y no lograron entender el carácter de “movimiento de liberación” que el peronismo asumía. Así, rechazaron al peronismo, lo acusaron de nazi-fascismo (otra vez, aplicar categorías extrañas, elaboradas en otras latitudes que no podían ni rozar la comprensión del nuevo movimiento). En su ensoñación de conducir a un proletariado cuasi virtual se pusieron en la vereda de enfrente de la clase obrera real y junto a los enemigos del pueblo y de la nación. Confundiendo la Argentina de 1945 con la Europa ocupada y arrasa por el hitlerismo, declararon que las masas obreras del 17 de Octubre eran multitudes de facinerosos y desclasados, y cerraron filas con las demás fuerzas de la Argentina europeísta: socialistas, comunistas, radicales, demoprogresistas y conservadores, clases medias y oligarcas; todos unidos en la Unión Democrática, a la que apoyaban el Partido Comunista (es decir, la URSS) y la gran conductora del aquelarre: la embajada de los Estados Unidos que buscaba sentar las bases del dominio norteamericano sobre el país. Durante los dos primeros mandatos de Perón, el nuevo movimiento realizó diversas síntesis en lo ideológico. Primero, en su conformación interna mezclando distintos orígenes políticos para dar lugar a una nueva identidad. Y también de los debates que nosotros glosábamos líneas arriba: en nuestra opinión carece de significatividad la polémica reforma-revolución. Las realizaciones de los dos primeros períodos del fundador- incuestionablemente favorables al pueblo- serían analizadas como procesos reformistas por una mirada marxista libresca. Pero si se analiza la situación de la economía nacional, los beneficios para los trabajadores, la capacidad de intervención estatal y la autonomía de la nación toda contra el orden capitalista mundial ¿Caben dudas que se trató de una revolución (nacional y popular)?
El peronismo, por supuesto, no está exento de sus coloridas y trágicas contradicciones: cuando olvida su rol de movimiento de liberación nacional (durante la nefasta década de los ’90) se transforma apenas en una fuerza de centro-derecha con rasgos populistas, una suerte de conservadurismo de masas. Pero son esas etapas las que permiten a los progresistas blandos, alardear de rumbos avanzados que sólo son posibles discursivamente cuando el gran barco justicialista orilla fuertemente a estribor. Los tiempos actuales son largamente elocuentes acerca de ciertas fuerzas, comunicadores, intelectuales y otras personalidades que cuando el Kirchnerismo coloco al peronismo a la izquierda, quedaron irremediablemente soldados a su derecha, y mostraron su verdadero rostro. Sólo cuando el movimiento creado por el coronel sonriente y la siempre joven Eva recupera la memoria y pone en primer lugar la justicia social, la independencia económica y la soberanía política, se convierte en la columna vertebral de la larga marcha de la patria hacia su liberación. Entonces se da la mano con otras fuerzas, claramente de izquierda y se convierte en el único progresismo posible y existente. Lo mismo que decíamos poco antes puede afirmarse de los tiempos K: se trata de un gobierno reformista, dirían con más o menos petulancia los cultores del marxismo libresco. Pero cerremos los ojos y evoquemos la Argentina durante los ’90 y hasta el 2003. ¿No es revolucionario que nuestro país integre la vanguardia de los gobiernos que batallan por la segunda independencia continental, que los organismos de derechos humanos tengan la recepción que logran en el actual gobierno, que los trabajadores hayan revertido el sometimiento patronal impuesto por el neoliberalismo, por citar sólo algunas cuestiones destacables? De modo que dejemos para revolucionarios de papel la disquisición acerca de si reforma o si revolución y vamos a sumergirnos de lleno en la militancia para que la consigna nunca menos se transforme de hecho en siempre más (a favor del pueblo y de la patria).
Este otro peronismo, seguramente el más genuino, el peronismo corrosivo, el peronismo disruptor, el que se remonta a Eva, al 17 de octubre (y que integra en síntesis de hecho las luchas obreras previas) que se nutre de la experiencia de la Resistencia, el de Cooke y el Perón de discurso tercermundista, el de La Tendencia y el camporismo, el del Grupo de los 8, el Frente Grande y el MTA, conduce claramente al kirchnerismo: la etapa superior del peronismo.
Gran parte de la izquierda tradicional ha realizado la autocrítica de sus errores en el ’45 (dos fracciones del P.C., algunos destacamentos del P.S). Otras, por el contrario, han tenido demasiadas dificultades para diagnosticar la realidad, no pueden comprender donde se hallan los enemigos históricos de la nación y del pueblo y mucho menos vincular los cambios sociales con el proceso de liberación nacional.
Por sus inocultables virtudes y pese a sus evidentes defectos el peronismo, se ha transformado en el eje inevitable de cualquier proceso de cambio social en la Argentina. Lo fue. Lo es. Y, posiblemente, lo seguirá siendo por mucho tiempo.