por Pedro Echeverría V. 
1. “Los estudiantes chilenos de secundaria se apoderaron 
del Internado Nacional Barros Arana (INBA) y del Liceo de Aplicación e 
intentaron sin éxito ocupar el Instituto Nacional, pero, ante la llegada de 
contingentes policiales, los alumnos desalojaron los dos inmuebles ocupados. Los 
uniformados detuvieron a 14 jóvenes presuntamente responsables de las acciones, 
apoyadas por cientos de escolares” y muchos padres de familia. Llegaron los 
funestos policías y desalojaron a los jóvenes, “pero sí –dicen- vamos a tomar 
nuevamente el internado porque al menos 
otros ocho liceos permanecen ocupados por sus estudiantes que buscan restablecer 
las manifestaciones contra el actual sistema de pagos en la educación, como lo 
hicieron en 2011. (Ver La Jornada )
2. Los 
alumnos de secundarias o enseñanza media (secundarias y preparatorias en México) 
han radicalizado sus protestas en demanda de una reforma al sistema fincado 
durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que redujo a menos de la 
mitad el aporte público a la educación y fomentó el servicio privado. Esto 
quiere decir que tanto en Chile como en México el problema educativo se resume a 
la reducción del presupuesto a educación pública y el impulso a la privatización 
de la educación. Y todos los problemas de baja calidad educativa, falta de 
aprovechamiento, reducción de la matrícula escolar, escuelas públicas 
desatendidas, aparición de miles de centros escolares privados, tiene como base 
la reducción del presupuesto público.
3. El 
problema es la diferencia entre los niveles de conciencia y de lucha de los 
estudiantes, los padres de familia y los profesores. En México hemos vivido 
durante más de 80 años la dictadura de dos partidos de derecha  (PRI 71 años y PAN 12) con estilos 
populistas de gobierno que han mediatizado la educación política-participativa 
de la población. En Chile, después del derrocamiento y asesinato del 
socialdemócrata Allende surgió una cruel dictadura asesina del general Pinochet 
que duró 17 años (1973-90) Las Protestas contra el asesinato y la gigantesca 
represión desatados por Pinochet elevaron la conciencia de lucha de los 
chilenos. Los gobiernos socialcristianos de Aylwin y Frei, así como de los 
socialdemócratas Lagos y Bachetet, muy poco hicieron avanzar el proceso 
participativo; lo que sí ha provocado el derechista Piñera.
4. El movimiento estudiantil chileno, el español, el de 
los EEUU, parece centrarse más contra el proceso de privatización educativa y en 
defensa de la educación pública que es la que atiende a los sectores 
mayoritarios y más pobres de la población. Los movimientos estudiantiles en 
México: el de 1968, de 1986, de 1999 y el Yo soy 132, no se han enfocado 
directamente contra la privatización educativa que ha avanzado en los últimos 30 
años contra la educación pública y se ha detenido en demandas más concretas y 
más directas, pero también más dispersas: contra cuerpos policiacos, por el pase 
directo, contra los exámenes, contra la elevación de cuotas, contra la 
manipulación de Televisa, contra la imposición de Peña Nieto, por el castigo a 
los represores de Atenco.
5. El movimiento Yo soy 132 ha  sido -después de los 
lópezobradoristas- los que más han convencido a la población acerca de la 
manipulación televisiva y el no aceptar la imposición del priísta Peña Nieto; 
sin embargo no parece haber duda de que los estudiantes del 132 deben centrar 
muy bien sus demandas para que no haya ninguna duda sobre lo que persigue. Me 
parece que las dos demandas originales (contra la manipulación de los medios de 
información encabezados por Televisa y contra él PRI y la imposición los de 
Peña) han sido del todo correctas, pero hay que analizar otras más generales que 
ayuden a dar mayor conciencia, porque el movimiento estudiantil debe continuar 
hasta que se transforme en una gran fuerza.
6. Si el IFE logra imponer a Peña Nieto, a pesar de las 
100 mil pruebas de compra de votos entregadas por el movimiento progresista, 
además del uso de dinero sucio, las demandas estudiantiles tienen que cambiar, 
incluso radicalizarse, porque tendrán que enfrentar un enemigo en serio. Pero 
también tendrán que analizar lo que sucedería si se nombra un presidente 
interino y se preparan nuevas elecciones. Sin embargo el gran peligro que se 
cierne sobre el movimiento estudiantil es su posible división por el enorme 
aparato del PRI y Televisa que busca comprarlo, desprestigiarlo, amenazarlo y 
reprimirlo. Por todo ello es necesario estar muy atento de los movimientos 
estudiantiles del orbe porque son hoy la fuerza que está ayudando al desarrollo 
de la conciencia y participación de los pueblos. 
(14/VIII/12)
 

 
 
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