Página/12
Colombia planteó que la Cumbre de la Unasur de mañana tenga televisación en directo. Teme por la edición de los discursos. Chávez dijo que su vecino era un “narcoEstado”.
Por Daniel Miguez
Las profusas, y en algunos casos altisonantes, declaraciones de presidentes y cancilleres de América del Sur a pocas horas de la cumbre extraordinaria de la Unasur en Bariloche, preanuncian que no será una reunión sencilla la que tendrán mañana los doce jefes de Estado del continente para tratar como tema excluyente el aumento de la presencia estadounidense en siete bases militares colombianas.
En ese marco, cobra mayor relevancia un pedido que hizo ayer Colombia para que los debates se trasmitan en directo por televisión.
Los presidentes que tienen una posición más moderada respecto del conflicto prefieren que no sea así, porque eso daría un escenario propicio para subir el volumen de los discursos y echar más leña al fuego en vez de sofocarlo.
El pedido lo hizo el canciller colombiano, Jaime Bermúdez, al sostener la necesidad de un debate para que “la opinión pública internacional conozca de viva voz la posición de todos los presidentes frente a estos temas”. “Es muy importante que se dé una discusión abierta, completa, con todos los temas, sin objeción alguna”, afirmó Bermúdez.
La referencia del canciller colombiano a “todos los temas” se sostiene en la postura de Colombia de que en esta cumbre no sólo se trate la cuestión de la presencia estadounidense en Colombia, sino las compras de armamentos que hicieron Brasil y Venezuela en los últimos tiempos, además de la supuesta ayuda de Venezuela y Ecuador a la guerrilla de las FARC.
El pedido de televisación en directo no es respaldado ni por Argentina ni por Brasil, los dos países que si bien se oponen a la decisión de Colombia de lo que consideran una escalada militar con injerencia de Estados Unidos, también buscan que el conflicto se encamine por las vías del diálogo y que se calmen los “vientos de guerra” que anunció el presidente venezolano Hugo Chávez en la cumbre de Quito. “Si los debates fuesen televisados no habría lugar para un debate real y sincero, porque los presidentes estarían forzados a hablar para su electorado para no quedar como débiles frente a sus compatriotas.
Así, se corre el riesgo de que se extralimiten y que el clima en vez de mejorar, empeore”, le comentó un experimentado diplomático ayer a Página/12. Otra fuente aseguró que el tema de la televisación obligó a charlas reservadas entre funcionarios colombianos y de otros países de la región.
Finalmente, Colombia al encontrarse con una negativa firme a su pedido, logró consensuar que las imágenes y los discursos que se decidan hacer públicos no sean editados (es decir, sintetizados con la selección de algunos tramos), sino que se emitan en forma completa. No fue el único cruce en un día de declaraciones que viraron de picantes a explosivas.
Las primeras fueron las que intercambiaron Bermúdez y su colega de Brasil, Celso Amorim. Las segundas llevan la firma de Chávez, quien calificó a Colombia de “narcoEstado”, a sus principales funcionarios de “capos” y anunció la inminente ruptura de relaciones diplomáticas, insistiendo con una prédica guerrera.
En la primera de las polémicas, Bermúdez había pedido que la cumbre no sólo se discuta el tema de las bases militares en Colombia, sino también la compra de armamento de Brasil a Francia. “Hay diferencias entre un acuerdo para la compra de equipamientos y la presencia militar extranjera en un territorio, aunque el objetivo declarado, y creemos que es verdad, sea el combate al narcotráfico”, le respondió Amorim. Pero más allá del peso de estas palabras en boca de la discreta diplomacia brasileña, el máximo voltaje lo aportó una vez más Chávez.
“El gobierno colombiano no está interesado en acabar con el narcotráfico, porque es un narcoEstado y su economía es una narcoeconomía. Eso es una verdad que se puede demostrar con cifras”, lanzó.
En otra definición no menos estentórea, Chávez afirmó: “Hay que preparar la ruptura de relaciones con Colombia, eso va a ocurrir. Vayámonos preparando porque esa burguesía colombiana nos odia y ya no hay posibilidad de un retorno”.
Mañana se verá si las charlas mantienen este tono o, en ámbito más privado, los presidentes de Colombia y de los países más afectados por su acuerdo con Estados Unidos (Brasil, Venezuela y Ecuador) logran sentar las bases para un diálogo más calmo."
Colombia planteó que la Cumbre de la Unasur de mañana tenga televisación en directo. Teme por la edición de los discursos. Chávez dijo que su vecino era un “narcoEstado”.
Por Daniel Miguez
Las profusas, y en algunos casos altisonantes, declaraciones de presidentes y cancilleres de América del Sur a pocas horas de la cumbre extraordinaria de la Unasur en Bariloche, preanuncian que no será una reunión sencilla la que tendrán mañana los doce jefes de Estado del continente para tratar como tema excluyente el aumento de la presencia estadounidense en siete bases militares colombianas.
En ese marco, cobra mayor relevancia un pedido que hizo ayer Colombia para que los debates se trasmitan en directo por televisión.
Los presidentes que tienen una posición más moderada respecto del conflicto prefieren que no sea así, porque eso daría un escenario propicio para subir el volumen de los discursos y echar más leña al fuego en vez de sofocarlo.
El pedido lo hizo el canciller colombiano, Jaime Bermúdez, al sostener la necesidad de un debate para que “la opinión pública internacional conozca de viva voz la posición de todos los presidentes frente a estos temas”. “Es muy importante que se dé una discusión abierta, completa, con todos los temas, sin objeción alguna”, afirmó Bermúdez.
La referencia del canciller colombiano a “todos los temas” se sostiene en la postura de Colombia de que en esta cumbre no sólo se trate la cuestión de la presencia estadounidense en Colombia, sino las compras de armamentos que hicieron Brasil y Venezuela en los últimos tiempos, además de la supuesta ayuda de Venezuela y Ecuador a la guerrilla de las FARC.
El pedido de televisación en directo no es respaldado ni por Argentina ni por Brasil, los dos países que si bien se oponen a la decisión de Colombia de lo que consideran una escalada militar con injerencia de Estados Unidos, también buscan que el conflicto se encamine por las vías del diálogo y que se calmen los “vientos de guerra” que anunció el presidente venezolano Hugo Chávez en la cumbre de Quito. “Si los debates fuesen televisados no habría lugar para un debate real y sincero, porque los presidentes estarían forzados a hablar para su electorado para no quedar como débiles frente a sus compatriotas.
Así, se corre el riesgo de que se extralimiten y que el clima en vez de mejorar, empeore”, le comentó un experimentado diplomático ayer a Página/12. Otra fuente aseguró que el tema de la televisación obligó a charlas reservadas entre funcionarios colombianos y de otros países de la región.
Finalmente, Colombia al encontrarse con una negativa firme a su pedido, logró consensuar que las imágenes y los discursos que se decidan hacer públicos no sean editados (es decir, sintetizados con la selección de algunos tramos), sino que se emitan en forma completa. No fue el único cruce en un día de declaraciones que viraron de picantes a explosivas.
Las primeras fueron las que intercambiaron Bermúdez y su colega de Brasil, Celso Amorim. Las segundas llevan la firma de Chávez, quien calificó a Colombia de “narcoEstado”, a sus principales funcionarios de “capos” y anunció la inminente ruptura de relaciones diplomáticas, insistiendo con una prédica guerrera.
En la primera de las polémicas, Bermúdez había pedido que la cumbre no sólo se discuta el tema de las bases militares en Colombia, sino también la compra de armamento de Brasil a Francia. “Hay diferencias entre un acuerdo para la compra de equipamientos y la presencia militar extranjera en un territorio, aunque el objetivo declarado, y creemos que es verdad, sea el combate al narcotráfico”, le respondió Amorim. Pero más allá del peso de estas palabras en boca de la discreta diplomacia brasileña, el máximo voltaje lo aportó una vez más Chávez.
“El gobierno colombiano no está interesado en acabar con el narcotráfico, porque es un narcoEstado y su economía es una narcoeconomía. Eso es una verdad que se puede demostrar con cifras”, lanzó.
En otra definición no menos estentórea, Chávez afirmó: “Hay que preparar la ruptura de relaciones con Colombia, eso va a ocurrir. Vayámonos preparando porque esa burguesía colombiana nos odia y ya no hay posibilidad de un retorno”.
Mañana se verá si las charlas mantienen este tono o, en ámbito más privado, los presidentes de Colombia y de los países más afectados por su acuerdo con Estados Unidos (Brasil, Venezuela y Ecuador) logran sentar las bases para un diálogo más calmo."
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