"Sec. Opinión”
I
En aquellos terribles años de la Segunda Guerra Mundial, cuando pueblos de Europa, Asia y África eran sacrificados por la ambición de los imperios, un belga de ascendencia judía – Abraham León – fue asesinado en el campo de exterminio de Autschwitz.
Quizás el hecho no resultaría pasible de resaltar en tanto cientos de miles y millones de judíos, gitanos, eslavos, europeos en general, dirigentes comunistas, socialistas y anarquistas, chinos y africanos, pagaban con sus vidas la escalada belicista de las dictaduras fascistas de Alemania, Italia y Japón. Esas potencias del Eje, surgidas de la represión y el expansionismo de Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, constituían en esos tiempos la continuidad de las empresas coloniales de sus congéneres “democráticas” en los cinco continentes. Tales circunstancias valoran aun más las precisas definiciones de Abraham León, condenatorias del sionismo, y su sacrificio a manos de la barbarie nazi(x)
Ningún terrorista ideológico, al estilo de los voceros de la AMIA, la DAIA y la Embajada de Israel en Argentina, puede considerar las afirmaciones de León como “antisemitas”. Porque a diferencia de los sempiternos justificadores de genocidios en el Medio Oriente, confortablemente instalados a miles de kilómetros de los territorios bombardeados, ese joven judío belga murió sin abdicar de las banderas de liberación del género humano . Su conducta ejemplar debe servir en la presente coyuntura nacional para descalificar a los que se escudan en las atrocidades del Holocausto para defender a los legítimos herederos del nazismo, o sea los gobernantes de Israel desde 1948, al mismo tiempo que agreden a diario a los compatriotas que sostienen la solidaridad con el Pueblo Palestino.
Quizás el hecho no resultaría pasible de resaltar en tanto cientos de miles y millones de judíos, gitanos, eslavos, europeos en general, dirigentes comunistas, socialistas y anarquistas, chinos y africanos, pagaban con sus vidas la escalada belicista de las dictaduras fascistas de Alemania, Italia y Japón. Esas potencias del Eje, surgidas de la represión y el expansionismo de Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, constituían en esos tiempos la continuidad de las empresas coloniales de sus congéneres “democráticas” en los cinco continentes. Tales circunstancias valoran aun más las precisas definiciones de Abraham León, condenatorias del sionismo, y su sacrificio a manos de la barbarie nazi(x)
Ningún terrorista ideológico, al estilo de los voceros de la AMIA, la DAIA y la Embajada de Israel en Argentina, puede considerar las afirmaciones de León como “antisemitas”. Porque a diferencia de los sempiternos justificadores de genocidios en el Medio Oriente, confortablemente instalados a miles de kilómetros de los territorios bombardeados, ese joven judío belga murió sin abdicar de las banderas de liberación del género humano . Su conducta ejemplar debe servir en la presente coyuntura nacional para descalificar a los que se escudan en las atrocidades del Holocausto para defender a los legítimos herederos del nazismo, o sea los gobernantes de Israel desde 1948, al mismo tiempo que agreden a diario a los compatriotas que sostienen la solidaridad con el Pueblo Palestino.
II
La enésima empresa genocida del Estado de Israel en Medio Oriente – esta vez en la Franja de Gaza – motivó el repudio universal ante las prácticas fundadas en la metodología nazi del exterminio y el expansionismo sin límites. Las repercusiones en Argentina adquirieron una llamativa intensidad, máxime cuando gran parte de la opinión pública aun se halla condicionada por las deformaciones de la “gran prensa” y las organizaciones judías (AMIA y DAIA), quienes sincronizadamente acusan a cualquier crítico de los crímenes israelíes en Gaza y Cisjordania de ser “antisemita”. Esa vieja y ya desgastada trampa conserva cierto grado de eficacia, buscando con ello el ocultamiento o la tergiversación de las devastadoras campañas militares de Israel en Medio Oriente. De allí es que en las últimas semanas los argentinos han sido agredidos por los que pretenden perpetuar el maniqueísmo de optar entre “ el derecho de los judíos a la existencia” y la calificación de “antisemita” para los que cuestionan las políticas terroristas del Estado de Israel.
A las campañas de las organizaciones y dirigentes sionistas se les han sumado, muy lamentablemente, algunos funcionarios del gobierno de la Nación. Dichos funcionarios, exhibiendo una gran ignorancia e insensibilidad, pretenden descalificar a los miles de manifestantes que en todo el país repudian los ataques militares del Estado de Israel en la Franja de Gaza, donde incluso fueron utilizadas armas expresamente prohibidas por las convenciones internacionales, tales como las bombas con uranio empobrecido y las de fósforo. Es entonces que llama poderosamente la atención que, basándose en algunos episodios aislados y en las afirmaciones e minúsculos grupos, le endilguen a la totalidad de los que cuestionan las prácticas genocidas de Israel una conducta “antisemita”.
Los argentinos que siempre hemos defendido la soberanía nacional y combatimos a las dictaduras, también en su momento fuimos acusados de impulsar una “campaña antiargentina”, precisamente por los traidores a la Patria del llamado “Proceso de Reorganización Nacional”.
Aquí no existen cruzadas “antisemitas”, máxime cuando los árabes son así mismo de origen semita, sino que se despliegan las ya seculares argumentaciones que aspiran a igualar a las víctimas con los verdugos. El Pueblo Palestino es sistemáticamente masacrado por el Estado de Israel desde hace más de sesenta años, y esta realidad no es pasible de ocultamiento por los genocidas y sus cómplices nativos. A los argentinos nadie los va a coaccionar en su propio país, motivo por el cual pierden el tiempo los serviles del imperio que amenazan con juicios por eventuales “actos de discriminación racial”. Y así como en su momento enfrentamos a las dictaduras, también enfrentaremos a los personeros extranjeros y locales sin tregua y en todos los terrenos.
(x) “ En caso de crearse un Estado judío en Palestina, será un Estado sometido a la completa dominación del imperialismo inglés o norteamericano” (Abraham León. “ The Jewish Question”. Puthfinder. New York. 1970 .
Buenos Aires, 7 de febrero de 2009.-
Carlos O. Suárez
A las campañas de las organizaciones y dirigentes sionistas se les han sumado, muy lamentablemente, algunos funcionarios del gobierno de la Nación. Dichos funcionarios, exhibiendo una gran ignorancia e insensibilidad, pretenden descalificar a los miles de manifestantes que en todo el país repudian los ataques militares del Estado de Israel en la Franja de Gaza, donde incluso fueron utilizadas armas expresamente prohibidas por las convenciones internacionales, tales como las bombas con uranio empobrecido y las de fósforo. Es entonces que llama poderosamente la atención que, basándose en algunos episodios aislados y en las afirmaciones e minúsculos grupos, le endilguen a la totalidad de los que cuestionan las prácticas genocidas de Israel una conducta “antisemita”.
Los argentinos que siempre hemos defendido la soberanía nacional y combatimos a las dictaduras, también en su momento fuimos acusados de impulsar una “campaña antiargentina”, precisamente por los traidores a la Patria del llamado “Proceso de Reorganización Nacional”.
Aquí no existen cruzadas “antisemitas”, máxime cuando los árabes son así mismo de origen semita, sino que se despliegan las ya seculares argumentaciones que aspiran a igualar a las víctimas con los verdugos. El Pueblo Palestino es sistemáticamente masacrado por el Estado de Israel desde hace más de sesenta años, y esta realidad no es pasible de ocultamiento por los genocidas y sus cómplices nativos. A los argentinos nadie los va a coaccionar en su propio país, motivo por el cual pierden el tiempo los serviles del imperio que amenazan con juicios por eventuales “actos de discriminación racial”. Y así como en su momento enfrentamos a las dictaduras, también enfrentaremos a los personeros extranjeros y locales sin tregua y en todos los terrenos.
(x) “ En caso de crearse un Estado judío en Palestina, será un Estado sometido a la completa dominación del imperialismo inglés o norteamericano” (Abraham León. “ The Jewish Question”. Puthfinder. New York. 1970 .
Buenos Aires, 7 de febrero de 2009.-
Carlos O. Suárez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán se acompañados por el nombre y e-mail del autor.-