A modo de Editorial
05/06/2016
05/06/2016
*El ex líder montonero propuso una “conducción colectiva” conformada por cuadros de organizaciones gremiales, estudiantiles, cooperativas y territoriales, que cuente con el respaldo de agrupaciones y dirigentes políticos desde las segundas líneas. En diálogo con AgePeBA, lo consideró fundamental para dar una batalla exitosa contra el neoliberalismo macrista.*
Por Fernando M. López /
Fernando Vaca Narvaja, histórico dirigente del peronismo revolucionario, aportó sus reflexiones al debate abierto por AgePeBA sobre la necesidad de avanzar con la creación de un Frente de Liberación Nacional y Social, en medio de la salvaje restauración neoliberal puesta en marcha por el gobierno de Mauricio Macri.
Lo hizo luego de participar de dos encuentros importantes, convocados para intercambiar ideas y acercar posiciones entre distintos sectores populares. Uno de ellos fue el “Plenario Sindical Federal”, realizado la semana pasada en la sede de la UOM de Villa Constitución, ciudad industrial del sur de la provincia Santa Fe que, entre 1974 y 1975, vivió las revueltas obreras conocidas como los “Villazos”. El otro se realizó un día después en el barrio porteño de Once, donde se oficializó el lanzamiento del partido Miles por Tierra, Techo y Trabajo.
Vaca Narvaja arrancó con una pregunta: ¿Cómo fue posible pasar de un “ciclo nacional y popular” de doce años a un “contraciclo neoliberal” similar al del menemato y al de la Alianza, que desembocaron en la crisis de 2001?
“Se juntó la antipolítica en todas sus expresiones”, afirmó para luego reparar en los “errores propios”, al considerar que “no hubo el debate ni la profundización necesaria y, tal vez, los candidatos tampoco fueron los mejores”.
Pero además se detuvo en un fenómeno que no logró visualizarse a tiempo, ampliamente discutido por las 40 organizaciones gremiales que confluyeron en el encuentro de Villa Constitución: “A diferencia de etapas anteriores, el movimiento obrero tiene un componente importante de trabajadores jóvenes, menores de 30 años, que no sufrieron en carne propia las consecuencias directas de la década del ’90. Ahí perdimos votos, porque muchos de esos jóvenes simpatizaron con el cambio, fueron cooptados por todo el cinismo político de la ‘felicidad’ y la ‘alegría’ armado por Durán Barba”.
Además, consideró que en la clase media también se perdieron votos, lo que indica que “el consumo sin organización ni conciencia no alcanza”.
A juicio de Vaca Narvaja, este es un momento para recapitular y pensar en un frente que aspire a la unidad de amplios sectores sociales, fundamentalmente los que participaron de las masivas movilizaciones de los últimos meses: la del 9 de diciembre, cuando una multitud despidió a Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo; la del 24 de marzo, a 40 años del Golpe de Estado; la del 29 de abril, que reunió a más de 350 mil trabajadores; y la del 12 de mayo, cuando toda la comunidad universitaria salió a la calle en defensa de la educación pública.
“Los frentes son muy buenos en las primeras convocatorias, aunque suelen terminar en fracasos por problemas internos, cuestiones de liderazgo, pequeñas quintas y mezquindades que se expresan, sobre todo, en tiempos electorales. Por eso, lo que propongo es cortarles un poco las alas a los ‘pavos reales’”, dijo en alusión a los dirigentes políticos.
Su idea es que las estructuras gremiales y estudiantiles, junto a las cooperativas y las organizaciones territoriales, estén “a la cabeza” del “proceso de resistencia y de lucha contra las políticas neoliberales que estamos padeciendo”, secundados por las agrupaciones políticas y sus dirigentes, cuadros simbólicos e intelectuales.
“El Movimiento Evita, por ejemplo, tiene un compañero que se llama Luis Cáceres, que hoy es secretario general del gremio de los ladrilleros a nivel nacional. Ese compañero debe pasar a la primera línea de la conducción político-gremial, y dirigentes como Fernando “Chino” Navarro o Emilio Pérsico, jefes de la agrupación política, a la segunda línea. No van a perder representatividad; por el contrario, con cuadros formados que son referentes de organizaciones de masas, van a tener mayor representatividad”, graficó.
Esto permitiría generar “una conducción colectiva fundamental” para materializar la oposición “en las calles”, con acciones concretas de resistencia, y en “todas las estructuras institucionales”.
“Sabemos que tanto las cúpulas sindicales como las dirigencias políticas todavía tienen el síndrome del 2001 y tienden a conciliar posiciones desde una falsa opción. ‘Queremos que le vaya bien al gobierno para que le vaya bien al pueblo’, dicen. Sin embargo, resulta que las políticas del gobierno atentan contra los intereses del pueblo, de los trabajadores y de la producción. A esas políticas hay que derrotarlas”, remarcó Vaca Navaja.
Para el ex dirigente montonero, la “conducción colectiva” también consolidaría el debate y la reflexión a “nivel programático”, y evitaría “la dispersión y la diáspora” durante los procesos electorales.
“La idea organizativa –subrayó- responde a una visión programática de profundizar, a la necesidad de integrar lo institucional (Estado) y la sociedad, la oposición y la resistencia en la calle, la lucha y organización social como sostenedor de la lucha electoral. En este esquema las agrupaciones aumentan su presencia siempre y cuando tengan trabajo de masas, suman compañeros de los gremios, organizaciones territoriales o sociales, además de sus jefes políticos”.
“Lo electoral es importante, pero la política frentista es estratégica”, sostuvo y agregó que “para para terminar con los contraciclos neoliberales” es necesario “modificar las estructuras macroeconómicas de este país”.
“Podrán construirse nuevos ciclos nacionales y populares, pero si no modificamos esas estructuras volveremos a retroceder”, advirtió.
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