fuente Pedro Brieger
La Vigesimoctava Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la Organización de los Estados Americanos (OEA), convocada a solicitud de Argentina, adoptó hoy una Declaración expresando “su respaldo a la República Argentina a fin de que pueda seguir cumpliendo con sus obligaciones, pagando su deuda, honrando sus compromisos financieros y para que, a través del diálogo, logre un acuerdo justo, equitativo y legal con el 100% de sus acreedores”.
En la Declaración, los representantes destacan “que es esencial para la estabilidad y predictibilidad de la arquitectura financiera internacional garantizar que los acuerdos alcanzados entre deudores y acreedores, en el marco de los procesos de reestructuración de las deudas soberanas, sean respetados permitiendo que los flujos de pago sean distribuidos a los acreedores cooperativos según lo acordado con los mismos en el proceso de readecuación consensual de la deuda”.
Finalmente, a través del documento los Cancilleres de la región declaran “su pleno apoyo al logro de una solución que busque facilitar el amplio proceso de reestructuración de la deuda soberana argentina”.
El Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, se refirió al tema de la reunión como “uno que no sólo amenaza la estabilidad financiera de este hermano país, sino que además daña gravemente los mecanismos de reestructuración de deuda soberana que se han venido desarrollando, con el acuerdo de los organismos internacionales de crédito, para permitir a numerosos países superar sus crisis de deuda y ponerse nuevamente en la perspectiva del crecimiento”.
La situación representa, continuó el Secretario General, “una triple paradoja”. El primer aspecto, explicó, es que mientras que en las economías nacionales existe “un sistema de responsabilidad limitada por el cual una empresa o corporación que se declara en quiebra responde solamente hasta el monto de sus haberes y en ningún caso el cobro de sus deudas puede afectar el patrimonio de sus accionistas”, al contrario, en la economía global, “esta responsabilidad limitada no está consagrada”. Por lo tanto, dijo el Secretario General, “la única posibilidad que los estados soberanos tienen para reestructurar su deuda es alcanzar acuerdos colectivos con sus acreedores, con el respaldo del sistema internacional”.
El segundo aspecto de la paradoja, continuó el líder de la OEA, “es que los esfuerzos por crear un sistema de reestructuración de la deuda soberana que proteja los intereses legítimos de los tenedores de bonos y, a la vez, evite que los países se vean impedidos de crecer y atender las necesidades urgentes de sus ciudadanos, se encuentran ahora hipotecados por una decisión que dice que el que acepta una renegociación y el que no la acepta deben ser pagados al mismo tiempo”.
“Pero la peor paradoja es que, aunque los gobiernos de todos nuestros países, y los organismos internacionales que hemos formado, están de acuerdo en que se está llevando a cabo una injusta aberración, no aparezcan hasta ahora los instrumentos para corregirla”, dijo el Secretario General Insulza, que celebró que la Reunión de Consulta de la OEA sea una vez más el foro en el que se debata un tema clave para la región.
Por su parte, el Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Héctor Timerman, explicó que, después del “default” de 2001, Argentina negoció con sus acreedores primero en 2005, y después en 2010, y logró un acuerdo con el 92,4% de ellos. “Pero no contábamos con un pequeño detalle – los fondos buitres – los que quieren dominar este sistema”. “Su éxito, el éxito de los fondos buitres”, dijo el Canciller argentino, “es la ruina de nuestros países. Cuanto más arruinados estamos nosotros, más ganan los fondos buitres”.
El Ministro Timerman defendió que el eje central de la reunión es “un tema político”. “Porque de lo que estamos hablando es de un grupo de personas a las que nosotros denominamos fondos buitres que, utilizando medios políticos, influencias políticas, utilizando medios de comunicación, acciones de lobby, y muchos medios financieros- , quieren intentar controlar el sistema financiero internacional y adaptarlo a sus necesidades”, afirmó.
“Estamos hablando de soberanía”, continuó el Canciller Timerman, “y así podemos seguir este tema, que es mucho más que un simple cálculo económico”. “El problema de la deuda afecta a la gente. La Argentina ya pasó por un default”, dijo el Ministro argentino, y explicó los efectos negativos del default en crear pobreza y desempleo, así como problemas en los sistemas de educación y salud, entre otros. “No es un problema teórico, es un problema práctico, y es un problema que los políticos debemos asumir y resolver”, dijo Timerman.
El Ministro de Economía de Argentina, Axel Kicillof, afirmó ante los Jefes de Delegación de los Estados Miembros que su país quiere negociar la reestructuración de su deuda de buena fe. “Argentina está comprometida con el diálogo y quiere negociar como lo ha hecho siempre, lo vamos a hacer, pero necesitamos igualdad de condiciones, no podemos hacerlo bajo condiciones de extorsión”, dijo el Ministro Kicillof, que agregó que “le pedimos al mundo, le pedimos a la OEA, que tome cartas en el asunto, que acompañe los justos reclamos de Argentina, que ayude a evitar que un juez, por una interpretación de una cláusula que antes no existía, ponga en riesgo lo que Argentina ha hecho para levantarse después de haber sido golpeada en (la crisis) de 2001; para que sus niños coman, para que se eduquen, para que el país vuelva a crecer, esto no puede estar en riesgo porque un grupo de especuladores ponen en riesgo al sistema financiero internacional”.
En otro aspecto de su intervención, el Ministro Kicillof agradeció a la OEA por acoger en su seno el tratamiento de la reestructuración de la deuda soberana de su país. “Valoramos tremendamente que un órgano de la importancia que tiene la OEA, probablemente como decía el Secretario General Insulza el escenario más visible del hemisferio, se haga eco de un problema que está experimentando la República Argentina”, afirmó.
Además, el Ministro de Economía destacó que Argentina ya ha conseguido el apoyo de la comunidad internacional, y –entre otros- mencionó a países como Brasil, Francia, México, Estados Unidos, Uruguay, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Cuba, Chile, el G-77 más China, parlamentarios de Reino Unido, a organismos como el FMI, el ALBA, el Mercosur, la UNASUR, la CELAC, y varios expertos.
Al mismo tiempo, advirtió la gravedad de la situación no sólo para su país, sino para cualquiera que se pueda encontrar en una coyuntura semejante. “Es un problema no sólo de la Argentina, sino del mundo entero, y es un problema que muestra una falla en el sistema de financiamiento a los países, y que vuelve probablemente imposible los procesos de reestructuración de deuda soberana”. El Ministro Kicillof agregó que su gobierno acudió a la OEA a explicar su situación y también a “urgir al sistema internacional, al sistema multilateral, a las organizaciones que hemos creado los países, a que actúe. Esto no puede pasar de largo, porque en el medio se pone en riesgo la posibilidad de reestructurar”.
Tomaron la palabra durante la Reunión los representantes de Venezuela, Colombia, Guyana, El Salvador, Honduras, Paraguay, Antigua y Barbuda, Brasil, Bolivia, Uruguay, Perú, México, Nicaragua, Ecuador, Guatemala, Grenada, Estados Unidos, Dominica, Chile, Panamá, Canadá, República Dominicana y Santa Lucia.
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