Por Washington Uranga
Al finalizar su reunión anual en La Rioja, el Grupo de Curas en la Opción por los Pobres manifestó su solidaridad con Milagro Sala y Hebe de Bonafini y reafirmó su “compromiso de estar siempre juntos a los pobres, haciendo nuestros sus gritos, anunciando la esperanza del Reino y buscando junto al pueblo, caminos de justicia y vida digna para todos”.
Vinculando la memoria con la coyuntura actual, los Curas sostienen que “el testimonio de los mártires nos anima y el dramático momento que vive la patria, que venimos denunciando en nuestras cartas quincenales al Pueblo de Dios, nos reclama”. Y por ese motivo “nos solidarizamos con la Asociación Madres de Plaza de Mayo y con su presidenta, Hebe de Bonafini; y seguimos reclamando la liberación de Milagro Sala, presa política, e injustamente detenida, decididos a seguir levantando nuestra voz porque ¡hay que seguir andando, nomás!”.
Bajo el título “que sus gritos sean nuestros…” el breve texto recuerda el “martirio” del obispo Enrique Angelelli, asesinado un 4 de agosto hace cuarenta años por la dictadura militar, y hace memoria de Carlos de Dios Murias, Gabriel Longeville y Wenceslao Pedernera, colaboradores del obispo, quienes también fueron ultimados por las fuerzas represivas.
“Curas y diáconos en opción por los pobres de varias partes del país nos reunimos en La Rioja en nuestro encuentro anual, para ahondar en la vida del Obispo Angelelli e identificar nuestra misión con su cercanía al pueblo su compromiso con los pobres y su lucha por la justicia”, dice el documento.
Recuerdan además que Angelelli “puso en el centro de su misión a los pobres, supo escuchar el grito de los de tierra adentro, de su pueblo empobrecido y creyente”. Respecto del obispo mártir, cuyo proceso de canonización (reconocimiento como santo) por parte de la Iglesia se encuentra aún en marcha, los Curas aseguran que “las situaciones de injusticia que vivía su querido pueblo riojano” tocaron “su corazón de pastor” y “descubrió el alma religiosa de los pobres y la fuerza liberadora de la fe popular”. Fue así, sostienen, que Angelelli “convocó a todos a sumarse para dar respuestas pastorales y sociales a los desafíos que tenía La Rioja y el país en esos tiempos”.
Porque, aseguran, “realmente puso un oído en el pueblo y otro en el Evangelio” fue que Angelelli “entregó su vida, como pastor y profeta compartió la suerte de nuestro maestro Jesús y sufrió el martirio como su pueblo riojano también martirizado”. Es un mensaje, sostienen, que “hoy Francisco retoma con fuerza” para que “seamos una Iglesia pobre y de los pobres, servidora y comprometida con la realidad”.
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