La columna de #AlejandroQuintana
@notiALIA
Pareciera ser que en estos días de angustia virósica hay una puja mundial de "celebridades" por demostrar quien las tiene mas grandes, sus bolas de cristal aclaro, y así vendernos un futuro siempre acorde a su Ideología mas que a la Realidad que trasunta la vida de su Pueblo..y la de todos los Pueblos.
Los hay coreanos, franceses, españoles, republicanos y demócratas, laboristas y tories, rusos que nunca faltan y chinos que siempre sobran. Y no falta algún vernáculo mediático con veleidades de predicción, total quién le va a cobrar después las fallas en el origen.
Todos apuntan al Mundo de sus sueños o pesadillas, según describan la salida post pandemia. Todas y todos coinciden que nada será igual al que conocimos, pero ocurre que ese Mundo que conocimos no es el mismo visto desde el arriba satisfecho que desde el subsuelo de la Patria ( que alguna vez se sublevó)
A propósito recuerdo una frase que siempre llevo conmigo: "..El hombre cree a menudo que él es el que produce la evolución. En esto, como en muchas otras cosas, el hombre es un poco angelito. Porque es la evolución la que él tiene que aceptar y a la cual debe adaptarse. Él es solamente un agente que crea un sistema de estructuras para servir a esa evolución y colocarse dentro de ella..."
No critico ni me pongo a la altura, que obviamente no poseo, de quienes de buena fe proyectan su pensamiento acerca del futuro que entrevén a la salida de esta pandemia. Sólo digo que hay que saber separar la paja del trigo. Ni el Capitalismo financiero va a firmar graciosamente su acta de defunción, ni el Estado benefactor de otrora va a resolver por sí solo los desafíos de una crisis civilizatoria como a la que asistimos.
Quizás la frase a la que hice alusión, sea la clave. No porque el determinismo de Juan Perón conlleve a transformarnos en monjes contemplativos del fluir de la vida y la realidad exterior, sino para aceptar los límites de nuestro Ser humano.
Y en parte, esta molécula de tan sólo nanómetros de tamaño, así nos lo ha demostrado. Su pequeñez es la medida inversamente proporcional a nuestra ignorancia y también a nuestra soberbia.
¡Cómo podrían entonces aventurar un futuro aquellos que no han sabido predecir este presente!! Porque muchos de ellos, la gran mayoría diría, laburaron a favor de lo que hoy se les derrumba y necesitan venderte ya una salida, antes que a los Pueblos se les ocurra pensar en "...ser artífices de un destino común y nunca mas instrumento de la ambición de nadie..."
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