Por Jorge Luis Ubertalli
De esta forma cuestionó el presidente brasileño en su visita a Medio Oriente la erección del muro erigido por Israel para aislar a los palestinos de Cisjordania.
Iniciando la mediación de Brasil para lograr una paz justa entre Palestina e Israel en el marco de dos Estados, anunciando un próximo viaje a Irán para evitar el aislamiento de ese país del concierto mundial con la excusa del armamentismo nuclear y apoyando al gobierno revolucionario de Cuba en el difundido caso de los “disidentes” cubanos, Lula es atacado por los voceros del establishment mundial desde distintos ángulos.
Propiciador de UNASUR y el Consejo Sudamericano de Defensa, el presidente brasileño se ha convertido hoy – junto a Chavez- en el blanco preferido de los reaccionarios regionales y mundiales.
De Cancún a
Cuando finalizaba
Contando como antecedente la celebrada en diciembre del 2008 en Bahía, Brasil, donde se incorporó Cuba al Grupo de Rio y se elaboró un documento condenando el bloqueo de EE.UU. contra este país, en esta Cumbre se plantearon, entre otras cosas, la reforma del Banco Mundial y el FMI, la creación de vias de comunicación para hacer posible la integración física de los pueblos y el respeto a todos los Estados, y se acordó establecer estatutos y personería internacional para junio del 2011.
Cuando todavía resonaban los ecos de Cancún, el presidente Lula Da Silva se reunía en Cuba con Fidel y Raúl y acordaba un paquete crediticio al gobierno revolucionario de 1.000 millones de dólares para comprar alimentos, producir arroz y caña de azúcar, construir carreteras y modernizar el puerto de Mariel, ubicado a
Antipático a los sectores dominantes norteamericanos y sionistas, Lula se granjeó diatribas que brotaron desde la “prensa seria”. Uno de los motivos de ataque lo constituyó su negativa a involucrarse en los prolegómenos de la muerte del “disidente” cubano, considerado por el gobierno revolucionario como un lùmpen, Orlando Zapata Tamayo, luego de una huelga de hambre de 85 días. Fallecido al día siguiente de la llegada del presidente brasilero al país, su muerte fue tan exaltada como denigrada la actitud de Lula de no involucrarse con los contrarrevolucionarios cubanos.
Otros, anteriores a lo ocurrido en Cuba, se hallan vinculados a la política exterior brasileña.
Irán
El 23 de noviembre del pasado año, Lula da Silva recibió en Brasil al presidente iraní Mahmoud Ahmadinejead y respaldó el programa nuclear de ese país “siempre y cuando tenga fines pacíficos”, afirmando que los iraníes tenían derecho a desarrollar estos planes “tanto como Brasil”.
Como contrapartida, el persa apoyó la candidatura de Brasil a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de
A mediados de febrero de este año, cuando recrudecieron las presiones a Lula para que estigmatizara a Irán en relación con su plan nuclear, el carioca respondió nuevamente con la negativa. Sostuvo que esa cuestión “ no estaba bien resuelta”, sugiriendo que EE.UU. había mentido sobre las presuntas armas de destrucción masiva que poseía Irak para justificar la invasión militar que terminó con la semidestrucción de ese país milenario y la ocupación que hoy continúa. Para aclarar más la cosa, el canciller brasileño, Celso Amorín, contradiciendo a los norteamericanos, fundamentalmente a
En esa oportunidad, Lula y su canciller defendieron a Venezuela y a su presidente Chávez, y recordaron como EE. UU. había neutralizado al brasileño Mauricio Bustani para que no expusiera sobre la inexistencia de armas químicas en Irak. La última embestida de Hillary Clinton para que Brasil participe en sanciones contra Irán en relación con su plan nuclear no tuvo éxito.
Luego de recalar en Argentina, donde declaró en una entrevista junto a la presidente Cristina Fernández que había hablado con ella sobre la “amenaza que representaba Irán al objetivo de la no proliferación nuclear”, aterrizó en Brasilia a principios de marzo. Una vez allí despotricó contra Chávez e Irán.
Lula respondió, a través de Amorim, que propiciaba la integración de Venezuela al MERCOSUR y volvió a repetir, con respecto a sanciones contra Irán que “con presión no se negocia”.
Otras cuestiones
El próximo 30 de marzo se cumplirá el 68 aniversario de
Por este Colegio y en el marco de
Sin embargo, el 3 de marzo del pasado año se consumó el Consejo Sudamericano de Defensa ( CSD), impulsado por Brasil desde el 2006, y planteado en el marco de
Allí, en un momento político signado por la agresión de Colombia a Ecuador con auspicio y soporte técnico de los EE.UU., Brasil expuso la conformación del ente que aglutinaría a todos los ejércitos del subcontinente.
Y planteó, como doctrina de aquel: “a) La construcción de una institucionalidad de defensa; b) Definir críticamente frente al esquema panamericano de Estados Unidos la necesidad de una nueva doctrina de defensa colectiva” y colocar “al servicio de los intereses de la nueva concepción de defensa” a las políticas de “integración” industrial vinculadas con ella.
Dicho en otras palabras: terminar con
Todo lo expuesto hasta aquí signó a Brasil como “adversario” de los EE.UU. y sus socios.
Propuesto como “subimperialismo” a su servicio en los 60 y 70; apostando a la alianza Brasil- Argentina en el marco de las dictaduras setentistas para llevar adelante la política del imperio en la región, los norteamericanos no conciben hoy un Brasil independiente en su política exterior, al que por un lado le chupan las medias y por otro quieren sacar de competencia, terminando con Lula y evitando que su sucesora, Dilma Rousseff, tome la posta.
Brasil ya ha recogido el guante. La última estocada de EE.UU., referida a la violación de los derechos humanos en ese país, mereció una decidida réplica oficial. De la misma manera replicaron dignamente Venezuela y Cuba ante presuntas “certificaciones” de EE.UU. y
Entretanto, Brasil se apresta a sancionar a EE.UU. por subsidiar a sus productores algodoneros, según resolución de
Opinadotes
El mismo día en que Lula se dirigía a Cuba luego de Cancún, paniaguados escribidores al servicio de EE.UU. y sus socios del Oriente Medio y Europa comenzaron su tarea demoledora.
“Por ambiciones nucleares Brasil se está acercando a Irán porque tal vez Brasil quiera desarrollar armas nucleares”- caviló el sesudo Andrés Oppenheimer en una columna de
Sin irle en zaga, el proto europeo escribidor Alvaro Vargas Llosa, condenó, en el mismo diario y el 13 de marzo, “ la desverguenza (de Lula) de lucirse, risueño y cómplice, con los asesinos virtuales (Raúl y Fidel) de un disidente democrático (Zapata Tamayo)”.
Y acotó mas adelante, sangrando por la herida: “..cuando se trata del exterior el presidente Lula se desviste de los atuendos democráticos y se abraza con el comandante Chávez, con el comandante Ortega, es decir, con la hez de América Latina, y no tiene el menor escrúpulo de abrir las puertas diplomáticas y económicas de Brasil a la satrapía teocrática integrista de Irán”, preguntándose seguidamente si Lula no era “un politicastro sin espina dorsal cívica y moral”.
Sin embargo, Lula ha visitado Medio Oriente y ha dicho: el muro debe caer.
“Siento una profunda emoción por ser el primer Presidente brasileño en pisar suelo palestino. En Brasil, cuando pensamos en Ramallah, Gaza y Cisjordania, evocamos a la gente audaz y valiente que lucha por su dignidad, libertad y democracia.
La autodeterminación de los palestinos es una causa cercana al corazón de los brasileños"- ha dicho a los que sufren la ocupación de sus tierras.
También se opuso a la construcción de viviendas por Israel en Jerusalén Oriental y allí dijo, aunque la camarilla fascista gobernante lo ignorara, que se deben respetar los derechos palestinos, cesar las masacres y repartir la tierra entre dos pueblos milenarios.
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